El 10 de diciembre se celebra el Día Internacional de los Derechos Animales, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos para destacar que todos los seres sintientes merecen protección. En este día, quienes defienden a los animales en todo el mundo organizan actos para llamar la atención sobre la explotación animal e imaginar un futuro con mayor respeto por todos los seres sintientes.
El Día Internacional de los Derechos Animales fue creado en 1998 por la organización Uncaged. Su objetivo era denunciar todas las formas de crueldad contra los animales y cambiar las actitudes sociales que consideran que los animales no humanos son meras propiedades. Uncaged eligió de manera estratégica el 10 de diciembre para que coincidiera con el Día de los Derechos Humanos, para extender la protección fundamental más allá de nuestra propia especie.
En los últimos 25 años, el movimiento por los derechos de los animales ha impulsado un cambio de mentalidad mediante avances legislativos, campañas públicas, investigaciones encubiertas y activismo no violento. Pero el sufrimiento de los casi 200.000 millones de animales terrestres y los billones de animales marinos que se crían y sacrifican anualmente en todo el mundo para obtener alimentos sigue siendo inmenso. La magnitud del sufrimiento de los animales salvajes es mucho peor. Los animales en el mundo salvaje están amenazados por las actividades humanas, la pesca, la contaminación del aire y el agua y el cambio climático. Ellos también necesitan protección frente a los muchos daños que sufren en la naturaleza.
En el centro de la ética de los derechos animales se encuentra la evidencia científica de que los animales pueden sufrir, sentir dolor y experimentar estados emocionales al igual que los seres humanos. La sintiencia animal se refiere a la capacidad de percibir y sentir emociones de manera subjetiva. Los mamíferos, las aves, los peces y muchos invertebrados muestran signos de conciencia y sintiencia muy parecidos a los de los seres humanos.
Gracias al conocimiento avanzado del cerebro de los animales y a la observación de su comportamiento, nuestra comprensión de la sintiencia animal ha aumentado. Sabemos que las vacas tienen amistades, que los cerdos pueden expresar muchas emociones, y que las gallinas se angustian cuando pierden a sus compañeras. Los calamares y los pulpos muestran curiosidad por explorar nuevos objetos. Las abejas pueden volverse optimistas o pesimistas en función de sus experiencias. Pero lo más importante es que sabemos que la capacidad de sentir dolor va mucho más allá de estos signos fácilmente observables. Para procesar el dolor, un sistema nervioso no tiene por qué ser lo bastante complejo como para dar lugar a estados emocionales. De esto se deriva que debemos tener en cuenta los intereses de todos los seres sintientes, incluidos aquellos animales que tradicionalmente han sido menos considerados, como los insectos o los crustáceos.
Reconocer la sintiencia de los animales es el primer paso para transformar de raíz nuestra relación con ellos. Significa aceptar que otros seres también tienen preferencias y no quieren sufrir, como cualquier ser humano. Incorporar la sintiencia animal a la legislación es un avance importante, que muchos países como India, Reino Unido y España han llevado a cabo en los últimos años:
En 2021, el parlamento español aprobó la Ley 17/2021, de 15 de diciembre, de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales. De esta manera se pasa a reconocer a los animales como “seres sintientes”.
Los animales son considerados seres sintientes que merecen protección en la Constitución de Costa Rica.
El Reino Unido aprobó en 2022 la Animal Welfare (Sentience) Act, que reconoce formalmente que los vertebrados tienen capacidad para experimentar sentimientos y emociones. Exige a los ministros que tengan en cuenta la sintiencia animal a la hora de crear nuevas leyes. La Animal Welfare Act de 1999 declara que los animales son sintientes y que su bienestar debe tenerse en cuenta en el cuidado de los animales, la investigación, y otras interacciones entre humanos y animales.
India declaró legalmente a los delfines “personas no humanas” en un esfuerzo por frenar el cautiverio y establecer ciertos derechos, como la vida y la libertad. Varios casos judiciales también han concedido derechos a otras especies en la India, como aves, elefantes y chimpancés.
En este Día Internacional de los Derechos Animales, invitamos a reflexionar sobre cómo nuestras decisiones y acciones cotidianas pueden hacer que nuestra sociedad avance hacia una mayor compasión hacia todos los seres sintientes. He aquí algunas ideas:
• No apoyar la explotación animal. Para ello podemos tener una alimentación vegana, evitar los productos de origen animal (como el cuero) y rechazar los espectáculos en los que se utilicen animales.
• Aprender sobre la situación de los animales que viven en el mundo salvaje, quienes muy pocas veces ven atendidas sus necesidades.
• Tener en cuenta que lo que necesitan los animales no es solamente que dejemos de provocarles daños, sino también que les demos ayuda cuando resulte posible.
• Buscar formas de ayudar en nuestro trabajo o tiempo libre. Podemos contribuir al conocimiento científico o influir en el ámbito educativo, con la ayuda de contenidos escritos o visuales que ya existen para ese objetivo.
Estos son solo algunos pasos positivos que podemos dar para reconocer a los animales como seres sintientes que merecen consideración moral en nuestra sociedad. Cambiar la actitud de las personas es una estrategia muy eficaz para conseguir un efecto a largo plazo. Si empezamos a imaginar una nueva forma de relacionarnos con los demás animales, esto influirá en todas nuestras acciones y decisiones, con independencia de las diferentes situaciones que puedan afrontar nuestras sociedades en el futuro. Lo más importante que podemos hacer es seguir alzando la voz por ellos.