Los animales no solamente son afectados por la explotación que sufren, sino también por condiciones climáticas, desastres naturales y guerras. Este es uno de los motivos por el que, para defender a los animales, además de oponernos a su explotación, debemos apoyar que se les dé ayuda, especialmente en el caso de aquellos que viven en el mundo salvaje. Tenemos mucha información sobre esta cuestión en nuestra web, en particular en nuestro curso en vídeo sobre los animales salvajes.
Hace algo más de dos años, Ética Animal publicó un estudio sobre las opiniones en el ámbito de la ciencia acerca del interés de investigar las distintas formas de ayudar a los animales salvajes en necesidad de socorro en tanto que individuos, al margen de la especie a la que pertenecen. Dicho estudio identificó tres ámbitos de investigación especialmente prometedores: la investigación sobre cómo dar ayuda a los animales salvajes que viven en entornos urbanos (como aves y pequeños mamíferos y otros vertebrados, así como invertebrados), los programas de vacunación de animales salvajes (que se han llevado a cabo durante varias décadas) y el diseño de protocolos de ayuda a los animales que sufren debido a eventos climáticos hostiles.
Estas tres formas de ayudar a los animales no solamente pueden marcar la diferencia para aquellos que se vean socorridos por ellas (o cuyo sufrimiento pueda ser evitado con anterioridad). También son especialmente prometedoras debido a que su desarrollo puede promover que se preste mucha más atención en el ámbito científico (en especial en ciencias veterinarias y en biología) al sufrimiento de los animales salvajes y a lo que podemos hacer para evitarlo.
Por ello, a lo largo de los últimos años, la Fundación Ética Animal ha hecho llegar diferentes propuestas a los gobiernos de España y Brasil, abogando por estas clases de medidas, en especial la inclusión de los animales en los planes de acción en casos de eventos climáticos extremos y desastres naturales.
Por todo esto nos alegra de manera muy especial el hecho de que de manera reciente el gobierno español haya decidido impulsar dicha medida. Esto ha tenido lugar con la aprobación del Real Decreto 524/2023, de 20 de junio.
Este decreto, que constituye la Norma Básica de Protección Civil, establece en su artículo 4.2 que las Directrices Básicas de Planificación deberán contener medidas básicas de protección a los animales. Además de lo anterior, el artículo 7.2 señala que las medidas de protección a los animales formarán parte de los elementos básicos de planificación de los planes de protección civil.
Esta inclusión, por primera vez en la normativa española, es de una gran importancia, y contribuirá de manera significativa a que los animales sean tenidos en consideración en situaciones de riesgos, como los siguientes: inundaciones; terremotos; maremotos; riesgos volcánicos; fenómenos meteorológicos adversos; incendios forestales; accidentes en instalaciones o procesos en los que se utilicen o almacenen sustancias químicas, biológicas, nucleares o radiactivas; accidentes de aviación civil; accidentes en el transporte de mercancías peligrosas; y riesgo bélico.
La aprobación de este decreto pone las bases legales para que los animales puedan ser atendidos y puestos a salvo en situaciones como estas en el caso español. Pero sirve también de ejemplo y precedente para que en otros lugares se puedan llevar a cabo medidas semejantes, y puede incentivar la investigación académica sobre esta cuestión. Así se podrá conocer en mayor profundidad cómo los diferentes riesgos afectan a los animales, y de qué manera se puede actuar ante ello.
Con medidas de este tipo vemos que podemos avanzar para que la consideración de los animales en general, y de los animales en necesidad de ayuda en concreto, reciba más atención. En particular muestra que los esfuerzos que Ética Animal y otras organizaciones estamos haciendo para difundir esta idea, y que aumentar la preocupación por el sufrimiento de los animales salvajes está consiguiendo establecerse de manera creciente como un ámbito de gran importancia.
Por supuesto, lo conseguido hasta ahora es insuficiente. De hecho, para que estas leyes se cumplan de forma efectiva sin que los intereses de los animales sean minusvalorados, no hace falta únicamente que se aprueben leyes de este tipo. Es necesario seguir avanzando en el cuestionamiento del especismo, y conseguir que la población tome conciencia sobre esta discriminación, la consideración de los animales y la necesidad de darles ayuda cuando sufren cualquier tipo de daños.