Una reflexión en la Jornada Mundial por el Fin del Especismo

Una reflexión en la Jornada Mundial por el Fin del Especismo

26 Ago 2023

 

El 26 de agosto se celebra la Jornada Mundial por el Fin del Especismo.

El especismo es la discriminación de ciertos animales simplemente por la especie a la que pertenecen. Debido a la existencia de esta discriminación, utilizamos a algunos animales para alimentarnos, vestirnos o divertirnos, sin tener en cuenta su sufrimiento. Pero, al mismo tiempo que explotamos a estos animales, incluimos a otros en nuestras familias, como a algunos perros y gatos. El especismo también nos lleva a dejar a su suerte a animales en situaciones difíciles, en las que sí ayudaríamos a otros humanos.

Por lo tanto, en este día invitamos a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en los animales y lo que podemos hacer para poner fin a este maltrato.

Utilizando la sintiencia como criterio

En primer lugar, debemos entender que los animales son seres sintientes: tienen la capacidad de sufrir y disfrutar, al igual que los seres humanos. Pollos, cerdos, vacas, peces, insectos y otros animales de granja sienten dolor y angustia cuando se crían en condiciones de hacinamiento e insalubridad, no solo en granjas industriales, sino también en granjas más pequeñas. Los delfines y ballenas sufren encierro en los acuarios, mientras que los caballos y perros sufren cuando se les obliga a correr o a luchar para nuestra diversión. Causamos una enorme cantidad de sufrimiento a los animales al tratarlos como meros objetos, en lugar de como los seres sintientes que son.

Existen diversos argumentos que se utilizan para intentar justificar la discriminación de los animales. Uno de ellos afirma que la supuesta superioridad humana es fruto de un orden natural. Sin embargo, no todo aquello considerado “natural” es deseable. Ejemplos de ello son las enfermedades, las inundaciones o los terremotos.

Otro argumento se centra en la posesión de determinadas características por parte de los humanos que los hacen superiores, como un mayor nivel intelectual o la capacidad de crear fuertes vínculos entre ellos. Sin embargo, no todos los humanos poseen estas características.

Esto nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿estaríamos de acuerdo en dar el mismo trato a esos seres humanos?

La respuesta corta es que no.

Entre los animales explotados para beneficio humano, los utilizados como alimento son los más numerosos y, por lo tanto, donde se genera mayor sufrimiento animal en todo el mundo. Si eliminamos nuestra demanda de estos productos, podremos evitar una enorme cantidad de sufrimiento. Podemos optar por alimentos vegetales, evitar el uso de pieles y el cuero para vestirnos, y no asistir a espectáculos que utilizan animales.

Extendiendo nuestra responsabilidad a los animales salvajes

Pero nuestra responsabilidad con los animales va más allá de poner fin a la explotación activa que hacemos de ellos. Como seres morales, también tenemos la obligación de ayudar a los animales que sufren por causas naturales cuando podemos hacerlo.

Por ejemplo, durante catástrofes como inundaciones e incendios, los animales mueren de formas terribles. Podemos incluir a los animales en nuestros planes de rescate en este tipo de situaciones, por ejemplo, estableciendo la creación de refugios temporales o garantizando asistencia médica para ellos. Esto ya se hace en algunos lugares, pero todavía existen otros donde estas medidas no se contemplan, o solo se hace en parte.

También podemos ayudar a reducir el sufrimiento de los animales salvajes afectados por enfermedades, heridas e inanición. Existen organizaciones que vacunan y prestan atención médica a los animales salvajes. Todas estas iniciativas ayudan a un buen número de animales a tener mejores vidas. Por lo tanto, es muy importante difundirlas y prestarles apoyo.

Hay quienes sostienen que no deberíamos intervenir en la naturaleza para ayudar a los animales. La cuestión es: si podemos prevenir o reducir fácilmente el sufrimiento de seres sintientes, sin causar un daño mayor, ¿sería justo dejar de hacerlo? Un pájaro con un ala rota o un perro callejero hambriento merecen nuestra ayuda y consideración, con independencia de que vivan en la naturaleza o junto a seres humanos. Si encontramos formas de ayudar a los animales que sufren en la naturaleza sin provocar un efecto negativo en otros seres sintientes, es nuestro deber actuar en su favor.

En esta Jornada Mundial por el Fin del Especismo podemos reflexionar sobre nuestro papel en la perpetuación de la explotación y el sufrimiento de los animales. También podemos pensar en cuándo nuestras omisiones pueden ser perjudiciales. Esto ocurre cuando no ayudamos a quienes lo necesitan. Al tomar decisiones más respetuosas en nuestras propias vidas y apoyar los esfuerzos para ayudar a los animales necesitados, tanto domesticados como salvajes, podemos reducir significativamente el sufrimiento de los animales y crear un mundo mejor para todos los seres sintientes.