Un gran número de abejas sufre de varias formas debido a la explotación por parte de los seres humanos para producir miel1 y otros productos.
Muchas personas pueden pensar que las abejas no sufren. Sin embargo, las evidencias disponibles indican que, como muchos otros invertebrados con sistema nervioso centralizado, sí tienen la capacidad de sufrir y disfrutar.3 A pesar de esto, como ocurre en el caso de otros animales, son utilizadas para beneficio humano de maneras que muchas personas desconocen. Su explotación provoca el sufrimiento y la muerte de un gran número de abejas. Esto sucede especialmente con la miel, que las abejas producen por la ingestión de polen que luego regurgitan de manera repetida. Para tomar la miel de las abejas, estos animales son dañados de varias formas, y muchos son matados.
Hay quienes piensan que, aunque muchos animales sufren, no hay razones para pensar que los invertebrados también lo hagan. Esta creencia es comprensible, ya que la mayoría no ha tenido la oportunidad de saber mucho sobre estos animales. Sin embargo, cuando examinamos el tema, y observamos la evidencia científica disponible encontramos que esta suposición difícilmente puede ser correcta. Hay muchos invertebrados que claramente satisfacen todo requisito razonable para ser conscientes, es decir, para tener experiencias y, por lo tanto, sufrir y disfrutar. Entre ellos se encuentran animales como los pulpos.3 En el caso de otros invertebrados, podemos tener una menor evidencia al respecto. Sin embargo, la evidencia sigue siendo suficiente para concluir que sí son conscientes.
Esto es lo que sucede en el caso de las abejas. Estos animales tienen sistemas nerviosos que incluyen un cerebro, al igual que otros insectos y artrópodos como los crustáceos. y otros invertebrados. Además, estos animales muestran un comportamiento sorprendentemente complejo. Se comunican entre sí con diferentes tipos de movimientos corporales (también conocidos como bailes) para hacerles saber la posición de las flores, y dónde recoger el polen de estas. También tienen una gran memoria que les permite recordar dónde se encuentran las flores y la colmena. Las abejas son animales sociales capaces de aprender y manifiestan comportamientos complejos. Las abejas incluso corrigen su curso de vuelo debido a la deriva del viento cuando se dirigen a una nueva fuente de alimento indicada por otra abeja.4 Como explicamos en nuestra sección sobre qué es relevante para ser tenido en consideración moral, esto no es lo que debería importar para tenerles respeto. Lo importante es el hecho de que son sintientes. Sin embargo, no podrían tener estas capacidades si no fueren capaces de tener experiencias positivas y negativas. Por lo tanto, el hecho de que tengan estas capacidades nos permite llegar a la conclusión de que son capaces de sufrir y disfrutar. Por supuesto, esto no ocurre solo en el caso de las abejas. Estos animales son muy cercanos a otros invertebrados. Así que, si llegamos a la conclusión de que son sintientes, conforme a las evidencias existentes, tenemos razones de peso para concluir que muchos otros invertebrados también lo son. Esto es muy importante porque la inmensa mayoría de los animales son invertebrados, y muchas personas no los tienen en consideración. Es verdad que algunos (como las esponjas) no pueden sufrir al no tener sistema nervioso, y otros (como las medusas) tampoco pueden sufrir porque solamente tienen sistemas nerviosos radiales que no están centralizados (y es necesario un sistema nervioso centralizado para ser capaz de sufrir). Pero hay muchos otros invertebrados que sí tienen sistemas nerviosos centralizados, y que sufren.
La miel es producida por las abejas mediante la ingestión de néctar, que luego regurgitan, repitiendo este proceso varias veces. Durante el mismo su organismo añade enzimas al néctar. Las abejas guardan la miel en los panales al regurgitarla en una celda. Esta es luego cubierta totalmente con cera. Este proceso tiene lugar para que la miel pueda consumirse luego por las abejas en el futuro. Doce abejas obreras tardan toda una vida en elaborar una sola cucharadita de miel. Las abejas tienen que visitar más de dos millones de flores para crear medio kilo de miel.5
La explotación de las abejas se realiza especialmente para la extracción de miel, que se vende en grandes cantidades. El uso de otros productos también supone la explotación de abejas, y contribuye a que los daños que sufren, incluyendo la muerte, sean rentables económicamente. Para extraer la miel con mayor facilidad, las colmenas a veces se calientan mientras está en las estructuras donde se elaboró. Sin embargo, muchas abejas suelen ser transportadas con la miel, pudiendo morir en el viaje. También mueren de otros modos. En las propias palabras de especialistas en la explotación de abejas: “si no hay ventanas en la habitación se pueden utilizar otros métodos, como una red eléctrica para deshacerse de las abejas perdidas”.6
Cuando se quita la miel a las abejas sin que sean matadas, estas son dejadas sin comida. Se da agua con azúcar como sustituto a estas abejas. A veces se afirma que este alimento no es peor que la miel para las abejas. Pero el azúcar no es un alimento tan adecuado para ellas, sufriendo así desnutrición.
La miel no es el único producto obtenido con la explotación de abejas. Otros productos para cuya producción son utilizadas son el veneno, el polen, la jalea real, el propóleo y la cera.7
El polen de abeja es el recolectado por estos animales en bolsas de las patas. Las abejas lo recogen de las flores, y lo utilizan para alimentar a las crías. En apicultura se ponen dispositivos en las entradas de las colmenas para atrapar parte de este polen, que luego se vende como alimento humano (aunque puede ser alergénico).8 De esta manera las abejas siguen pudiendo alimentar a sus crías, pero tienen que trabajar mucho más para hacerlo, al tener menos alimento. El uso de polen recolectado por seres humanos no se ha hecho popular porque estos no han desarrollado un método de recolección tan variado como el de las abejas. En teoría podría hacerse, pero es improbable mientras se usen abejas por comodidad.9
El veneno de abeja se obtiene cuando la abeja pica a alguien o algo. Ahora se utiliza con fines médicos. La abeja normalmente muere si pica a alguien. Por lo tanto, el método de obtener de veneno de abeja supone la muerte de un gran número de abejas. Hoy en día existen métodos más avanzados que solo matan a un número reducido de abejas, pero sigue habiendo víctimas. Se utilizan aparatos recolectores de veneno para esto, colocados en la entrada de la colmena. Cuando las abejas llegan a ella, estos dispositivos administran impulsos eléctricos a las abejas para estimularlas a picar una hoja colectora, de la que luego se obtiene el veneno.
La cera de abejas es una secreción de las glándulas en la parte inferior del abdomen de las abejas, que luego mastican. La producción de cera es muy exigente para las abejas. Para producir una cierta cantidad de cera, una abeja necesita consumir al menos ocho veces más miel. Sin embargo, la necesitan porque la usan para construir las colmenas. También la usan para arreglar agujeros grandes que pueden abrirse en la colmena.
Se les quita para producir velas y cosméticos, además de algunos productos alimenticios y farmacéuticos. Una vez más, esto supone que las abejas tengan que trabajar para producir más cera, compensando la que se les quita.10
El propóleo es una sustancia que utilizan las abejas para construir la colmena como pegamento para cubrir pequeños agujeros en la misma. También se utiliza por sus propiedades antisépticas. Les ayuda a mantener las infecciones micóticas fuera de la colmena. También se utiliza para aislar las partes de la colmena que amenazan su salud (como puede suceder si un animal demasiado grande entra en la colmena, y muere allí). A diferencia de la cera, el propóleo no es producido por las propias abejas. En realidad es una mezcla de resina, que recogen las abejas de las yemas de los árboles y otras partes de las plantas. Se usa por seres humanos para fines medicinales y otros, como la producción de cosméticos y barnices especiales.11 De nuevo, la extracción supone que las abejas tengan que ir a recoger más para la colmena para mantener a salvo a la colmena.
La jalea real es el alimento especial que necesita la reina, producido por las abejas para su desarrollo. No es una forma de miel, sino más bien es una sustancia secretada por la glándula hipofaríngea de las abejas (para ser más exactos, por las jóvenes trabajadoras llamadas “nodrizas”). Se da a la reina, y también a las larvas cuando tienen menos de tres días de edad. Después de eso, las abejas pueden seleccionar algunas larvas para convertirse en nuevas reinas si es necesario (por ejemplo, si la reina vieja ha muerto o se está debilitando). Las larvas seleccionadas para convertirse en nuevas reinas son alimentadas con jalea real, mientras que el resto de las larvas son alimentadas con otros productos. La jalea real desencadena una serie de cambios en el organismo de las larvas que llevan a que se sea una reina. La jalea real se utiliza como suplemento alimenticio o como medicamento (a pesar de que algunas personas son muy alérgicas a la misma, y pueden tener reacciones graves si la consumen). Se obtiene de las células donde se mantiene a las larvas que serán reinas, lo que significa que las abejas nodrizas tendrán que hacer un esfuerzo mucho mayor para criarlas.
Por último, otro producto llamado “cría de abeja” se elabora con el propio cuerpo de las abejas cuando son jóvenes.12 “Cría” es una palabra utilizada de manera general para denominar a las diferentes etapas tempranas en el desarrollo de las abejas, incluyendo los huevos, las larvas y las pupas. Aunque esto pueda parecer sorprendente, se comen. Se almacenan y se consumen “frescas” y en “polvo”. Las larvas de abeja se pueden preparar de diversas maneras, incluyendo fritas o hervidas.
En la explotación de las abejas se emplean de forma común prácticas como el corte de alas y patas o la inseminación artificial, entre otras.
Muchas colonias mueren durante el invierno, y muchas son matadas de manera deliberada en apicultura (se estima que se destruye entre el 10% y el 20% de colonias en EEUU cada invierno, y en muchos casos esto ocurre porque son abandonadas para que mueren). Simplemente se compran más abejas cuando se necesitan de nuevo, al ser más barato. Las colmenas son quemadas a veces con las abejas en su interior, en especial en los lugares más fríos.
A veces las colmenas son divididas, a pesar de que la misma colonia nunca lo haría. En otros casos se combinan dos colonias de abejas, pero, puesto que solamente puede haber una reina, se matará a la más débil.
Las abejas reinas son matadas y reemplazada, a veces cada 6 meses. Se puede comprar una nueva reina a quienes inseminan artificialmente las abejas con esperma de abejas macho.
A menudo se corta las alas a las reinas para evitar la enjambrazón, un proceso donde la reina deja la colmena con muchas obreras para reproducir la colonia.
El corte se hace a menudo utilizando una jaula especial, consistente en un anillo con puntas afiladas en el perímetro, y una malla que cubre la abertura del anillo.13 Se utiliza para atrapar a la reina, y luego cortarle las alas con tijeras. Otros métodos para cortar las alas incluyen el uso de un émbolo y un tubo con un extremo de malla contra el cual se mantiene a la reina mientras se le cortan las alas.
En una guía sobre el corte de alas se afirma “obtener una gran satisfacción cortando y marcando a cada reina”.14
El marcado de abejas reinas es otro proceso traumático, como se muestra claramente en este vídeo.
Las abejas se mantienen a la fuerza en un lugar mientras se les pone pintura en el cuerpo. Claramente esto las molesta, al considerarlo como una acción agresora, y luchan para liberarse.
La inseminación instrumental, también conocida como inseminación artificial, es un proceso donde se inyecta esperma de varias abejas macho a las abejas reinas.15 Se utilizan pequeños instrumentos metálicos para abrir la “cámara del aguijón” de la reina e insertar la jeringa, lo cual hace que esta experiencia sea muy estresante para ella. Pero también causa un gran sufrimiento y la muerte de abejas machos. Estos animales son aplastados de manera para extraer el esperma. Una página web detalla este proceso así:
“A veces se obtiene una eversión parcial simplemente sujetando al zángano por la cabeza y el tórax, frotando el abdomen. Normalmente se necesita una mayor estimulación. Se aplasta la cabeza y el tórax del zángano, sujetando el dorso y el abdomen. A veces también hace falta aplicar una presión suave en la punta del abdomen para estimular la eversión”.16
La práctica de aplastar una abeja macho puede verse aquí. La abeja parece estar viva durante varios segundos mientras está siendo aplastado, ya que podemos ver que sus antenas todavía se mueven. Luego se coge el esperma de varias abejas muertas, y se inyecta en otra; esto puede verse en este video.
A menudo se transportan grupos de abejas reinas de un lugar a otro. Las condiciones que deben soportar pueden ser muy inapropiadas y perjudiciales. Las reinas mueren a menudo debido a un exceso de calor o frío. También pueden ser expuestas a insecticidas y otros productos tóxicos. Y a menudo se les deja esperando almacenadas durante varios días antes de ser entregadas
Además, las enfermedades se propagan mucho más fácilmente debido al gran número de abejas que son transportadas juntas. Ahora veremos qué enfermedades afectan a las abejas.
Como sucede en el caso de muchos otros animales explotados en granjas, las condiciones en que las abejas son mantenidas y utilizadas hace que sea probable que sufran de diferentes enfermedades.17 Hay una serie de enfermedades que las abejas sufren: Loque americana, Loque europea, Nosema, el Problema de colapso de colonias, enfermedades fúngicas y enfermedades víricas. Esta es otra causa de sufrimiento y muerte para las abejas, aparte de los daños que sufren por la explotación. No es que no sufran muchas enfermedades en la naturaleza; lo hacen, y muchas mueren por enfermedades, al igual que ocurre en el caso de muchos otros animales salvajes (a pesar de que hay formas en que podemos ayudarlos, y evitar que esto ocurra). Es solamente que la explotación que sufren a manos humanas hace que sea relativamente fácil que sufran distintas enfermedades, debido al estrés que son obligadas a sufrir, por al trabajo añadido que tienen que hacer, y al no ser alimentadas de manera adecuada.
Un problema que sufren a menudo abejas es la loque americana, que afecta a las larvas que están creciendo para convertirse en abejas adultas. La larva Paenibacillus, una bacteria, contamina el alimento de la larva. La bacteria germina en el intestino de las abejas en desarrollo y luego comienza a infectar a toda la larva, todo lo que queda de la abeja es la bacteria. Esta enfermedad provoca finalmente la muerte de toda la colonia, ya que mata a todas las crías que luego no pueden ser sustituidas.
Esta enfermedad puede propagarse muy fácilmente de una colonia a otra, es muy resistente a altas y bajas temperaturas e incluso puede sobrevivir hasta 50 años. Las colonias infectadas con esta enfermedad son a menudo quemadas.
La loque europea también afecta a las larvas de abejas. Es causada por la contaminación de alimentos por la bacteria Melissocuccus pluton. Esta se reproduce en el estómago de la larva, y se alimenta de su comida, lo que lleva a que algunas larvas mueren de hambre.
Las larvas parecen tener un color blanco debido a la masa bacteriana en su interior, o pueden parecer algo “derretidas”. Si una colonia está infectada en alto grado, podría simplemente quedar destruida.
En 2007 alrededor de 700.000 colonias murieron en EEUU. Se informó de que no habían señales de abejas muertas dentro o muy cerca de las colmenas. Esto ha sido llamado el problema de colapso de colonias (CCD, por sus siglas en inglés). La causa es aún desconocida. Sin embargo, algunas posibles explicaciones incluyen contaminación química, agentes patógenos, parásitos y exceso de estrés en las abejas.
La ascoferosis (o cría escayola) es una enfermedad causada por el hongo Ascosphaera apis. Este infecta a las larvas de las abejas, que se ponen duras y blancas. Hay quienes piensan que la ascoferosis está relacionado con niveles elevados de estrés.
Los ácaros viven en la tráquea de las abejas, y afectan gravemente la capacidad de respirar. A medida que crecen, salen de la tráquea de las abejas en búsqueda de otro portador. Las abejas infectadas con estos ácaros son encontradas a veces arrastrándose enfrente de la colmena, y pueden parecer confundidas y desorientadas.
El Tropilaelaps parasita a las abejas. Estos ácaros viven en la hemolinfa de las larvas de las abejas, a las que causan graves daños conforme crecen.
Varroa destructor, el parásito más perjudicial para las abejas melíferas en la actualidad, entra en una celda justo antes de ser sellada, y pone varios huevos en el interior. La cría parasita la larva de abeja dentro de la celda al beber la hemolinfa. Si la infestación es severa todos los ámbitos de la colonia pueden empezar a tener problemas. Las abejas pueden quedar desnutridas, deformadas y con las alas paralizadas.18
La explotación de abejas es una de las prácticas de explotación animal que provoca un mayor muerte de animales (en especial por las que mueren durante el invierno, y cuando las colonias colapsan). Sin embargo, ningún producto obtenido de la explotación de las abejas es necesario. No necesitamos consumir miel ni otros productos producidos por abejas. Si nos gusta su sabor y su textura, podemos usar otros, como la melaza, el sirope de arce o el sirope de ágave.
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1 Para un examen exhaustivo de las formas en que las abejas son dañadas debido a su explotación por parte de los humanos, ver Lewis, N. (2010) “Why honey is not vegan”, Vegetus.org [referencia: 15 de enero de 2021].
2 Balderrama, N.; Díaz, H.; Sequeda, A.; Núñez, N. & Maldonado, H. (1987) “Behavioral and pharmacological analysis of the stinging response in Africanized and Italian bees”, en Menzel, R. & Mercer, A. (eds.) Neurobiology and behavior of honeybees, New York: Springer, pp. 121-128. Núñez, J. A.; Almeida, L.; Balderrama, N. & Giurfa, M. (1997) “Alarm pheromone induces stress analgesia via an opioid system in the honeybee”, Physiology & Behaviour, 63, pp. 75-80. Chen, Y. L.; Hung, Y. S. & Yang, E. C. (2008) “Biogenic amine levels change in the brains of stressed honeybees”, Archives of Insect Biochemistry and Physiology, 68, pp. 241-250. Bateson, M.; Desire, S.; Gartside, S. E. & Wright, G. A. (2011) “Agitated honeybees exhibit pessimistic cognitive biases”, Current Biology, 21, pp. 1070-1073 [referencia: 27 de febrero de 2017]. Klein, C. & Barron, A. B. (2016) “Insects have the capacity for subjective experience”, Animal Sentience, 9 [referencia: 27 de febrero de 2017]. Loukola, O. J.; Perry, C. J.; Coscos, L. & Chittka, L. (2017) “Bumblebees show cognitive flexibility by improving on an observed complex behavior”, Science, 355, pp. 833-836.
3 Los pulpos tienen capacidades mentales superiores a las de muchos vertebrados, y similares a las de algunos mamíferos. Esto no es moralmente relevante, pero parece ser una evidencia concluyente de que son sintientes, puesto que la consciencia es necesaria para poseer esa capacidad. También muestra lo equivocado de la idea según la cual los invertebrados son seres extremadamente simples que no deberían importarnos.
4 Riley, J. R.; Greggers, U.; Smith, A. D.; Reynolds, D. R.; Menzel, R. (2005) “The flight paths of honeybees recruited by the waggle dance”, Nature, 435, pp. 205-207.
5 North Carolina Department of Agriculture & Consumer Services (ca. 2010) “North Carolina honey…”, Marketing, North Carolina Department of Agriculture & Consumer Services [referencia: 12 de abril de 2016].
6 Root, A. I. (1980) The ABC and XYZ of bee culture: An encyclopedia pertaining to scientific and practical culture of bees, Medina: A.I. Root Co., p. 121.
7 Schmidt, J. & Buchmann, S. (1992) “Other products of the hive”, en Graham, J. M. (ed.) The hive and the honey bee, op. cit., pp. 927-988.
8 Dutau, G. & Rance, F. (2009) “Honey and honey-product allergies”, Revue Française d’Allergologie, 49 (6), pp. S16-S22.
9 Sammataro, D. & Avitabile, A. (2011) The beekeeper’s handbook, Ithaca: Cornell University Press.
10 Coggshall, W. L. & Morse, R. A. (1984) Beeswax: Production, harvesting, processing and products, Kalamazoo: Wicwas.
11 Simone-Finstrom, M.; Spivak, M. (2010) “Propolis and bee health: The natural history and significance of resin use by honey bees”, Apidologie, 41, pp. 295-311.
12 Narumi, S. (2004) “Honeybee brood as a nutritional food”, Honeybee Science, 25, pp. 119-124. Finke, M. D. (2005) “Nutrient composition of bee brood and its potential as human food”, Ecology of Food and Nutrition, 44 , pp. 257-270.
13 Baldwin County Beekeeper Association (2012) “Clipping and marking queens”, baldwin county alabama beekeepers [referencia: 30 de enero de 2016].
14 Mac Giolla Coda, M. (1997) “Finding the queen: Guidance notes for finding, clipping and marking queens”, Dave Cushman’s Website [referencia: 23 de marzo de 2016].
15 Laidlaw, H. (1977) Instrumental insemination of honey bee queens: Pictorial instructional manual, Hamilton: Dadant & Sons.
16 Schley, P. (2014) “Instrumental insemination in bee breeding”, Instrumental Insemination of Bee Queens [referencia: 3 de junio de 2016].
17 Shimanuki, H.; Knox, D. A.; Furgala, B.; Caron, D. M. & Williams, J. L. (1992) “Diseases and pests of honey bees”, en Graham, J. M. (ed.) The hive and the honey bee, op. cit., pp. 1083-1152.
18 Spivak, M. & Reuter, Gary S. (2001) “Varroa destructor infestation in untreated honey bee (Hymenoptera: Apidae) colonies selected for hygienic behavior”, Journal of Economic Entomology, 94, pp. 326-331 [referencia: 27 de enero de 2017].