Este capítulo muestra uno de los mejores ejemplos de ayuda a grandes números de animales que viven en la naturaleza: la vacunación. De hecho, ya se han llevado a cabo campañas de vacunación que han erradicado la peste bovina y han reducido en gran medida la rabia. Estas medidas no se toman por el bien de los propios animales, pero aún así les ayuda enormemente y promueven que se investigue sobre nuevos programas de vacunación.
También disponible en nuestro libro electrónico, complementario al curso en vídeo Introducción al sufrimiento de los animales salvajes.
En los capítulos anteriores vimos varias formas de ayudar a los animales. Una de ellas consiste en dar asistencia a animales enfermos. Esta ayuda es muy importante, dado el gran sufrimiento que las enfermedades causan a los animales en la naturaleza. Pero hay otra forma importante de proteger a los animales en la naturaleza frente a las enfermedades, que cuando se aplica, puede beneficiar a un gran número de ellos. Consiste en la vacunación contra enfermedades que tienen el potencial de matar a miles de animales. Existen muchos ejemplos de vacunación a gran escala de los animales en el mundo salvaje. Quizá el más importante es el de la vacuna antirrábica, que ha sido administrada en diferentes países durante años. Pero, además de esta, también se ha desarrollado la vacunación contra otras enfermedades que sufren los animales salvajes.
La rabia es una enfermedad terrible para los animales afectados. Se difunde por mordeduras, y produce inflamación en el cerebro. Sus síntomas pueden incluir fiebre, dolor, sensaciones de hormigueo y ardor, hidrofobia, confusión y parálisis muscular. Una vez que aparecen los síntomas, por lo general la muerte es inevitable. Ahora bien, precisamente un caso paradigmático de inmunización de animales salvajes es la vacunación contra la rabia, que erradicó con éxito esta enfermedad en gran parte de Europa en el año 2010, y también en muchas zonas de Norteamérica. El objetivo de estas campañas era evitar la propagación de la enfermedad entre los animales que conviven con seres humanos, como perros, y también a los propios seres humanos. Pero está claro que los animales salvajes se han visto enormemente beneficiados por ello. La vacuna se administra introduciéndola en trozos de alimento que después se dispersan en las zonas donde viven los animales que se quiere tratar.1
En Estados Unidos, los intentos de eliminar la enfermedad comenzaron en los años 70. Hoy en día, extensas zonas del nordeste de Estados Unidos y Canadá están libres de la rabia. Uno de estos programas logró prevenir la propagación de la rabia en mapaches salvajes de Massachusetts mediante la vacunación por vía oral de un 63% de la población, lo cual fue suficiente para erradicar con éxito la enfermedad en esa zona. Otro ejemplo exitoso fue el programa de vacunación antirrábica oral de coyotes en Tejas, que logró una reducción significativa de los casos de rabia, y detuvo su expansión. También se ha propuesto un esfuerzo coordinado entre México, Estados Unidos y Canadá para erradicar la rabia en otras zonas,2 y en otras partes del mundo se han implantado programas similares.3 Los datos de estos programas proporcionan evidencias sobre su eficacia, y sin duda facilitarán la vacunación de más animales en el futuro.
Como acabamos de ver, esta medida no se realiza con el fin de proteger a los propios animales, sino más bien para proteger a los seres humanos o a animales domesticados. Pero esto supone, igualmente, un gran beneficio para los animales vacunados, que se ven protegidos frente a enfermedades terribles. La lección que podemos aprender en nuestra lucha contra la rabia puede resultar de utilidad en futuros programas de vacunación dirigidos a reducir los daños que sufren los animales en la naturaleza. Además, el éxito de esta medida muestra que otros programas de vacunación futuros también pueden tenerlo.
La brucelosis es una enfermedad bacteriana contagiosa que afecta a rumiantes como vacas, bisontes o ciervos, y también a algunos mamíferos marinos y a seres humanos. Sus principales efectos sobre los animales no humanos se dan en el sistema reproductivo, produciendo infertilidad, abortos, parto de fetos muertos y nacimiento de crías incapaces de sobrevivir. También produce inflamación de testículos, y las bacterias pueden afectar a las articulaciones, causando artritis.4
Las poblaciones de bisontes en el llamado “gran ecosistema de Yellowstone” son muy vulnerables a la brucelosis. Se ha calculado que más de 12.000 ciervos y 2.000 bisontes están afectados.5 Puesto que la brucelosis puede transmitirse entre especies, los ciervos y los bisontes en Yellowstone actúan como especies “de reserva” para esta enfermedad. Para combatirla, se ha desarrollado una vacuna (RB51) para los bisontes de Yellowstone.
La peste selvática es una enfermedad infecciosa que afecta a roedores como los perritos de las praderas. Es provocada por la misma bacteria responsable de la peste bubónica en seres humanos. Conocemos bien los efectos devastadores que la “peste negra” ha producido entre los seres humanos. Pues bien, la peste selvática todavía continua matando a día de hoy a enormes cantidades de roedores salvajes. El 95% de los perritos de las praderas muere durante las 78 horas siguientes a la infección.6 Los síntomas que sufren incluyen fiebre, deshidratación, baja energía, falta de apetito, dificultad para respirar, hipertrofia del bazo e inflamación de los ganglios linfáticos.
En 2019, en Dakota del Sur, en Estados Unidos, la plaga diezmó a una población de perritos de las praderas. Y acabó afectando también a sus depredadores, los hurones de patas negras. Se llevó a cabo una inmunización masiva de perritos de las praderas (principalmente porque los humanos valoran la conservación de los hurones que están en riesgo de infección), que han mostrado una tasa de supervivencia superior al 95% tras la vacunación.7 A pesar de que el objetivo de esta campaña fue la protección de los hurones de patas negras, los perritos de las praderas también se vieron beneficiados por ella, al menos aquellos que no fueron depredados por los hurones.
En 2017 se comenzaron a distribuir cebos con la vacuna oral empleando drones en Montana, también en Estados Unidos. Esto permitió cubrir mucho más terreno del que habría sido posible repartiendo los cebos a mano. Con los drones es posible vacunar a 4.000 perritos de las praderas en un solo día.
El ébola es una enfermedad terrible que provoca varios síntomas, incluyendo fiebre, hemorragias internas, debilidad muscular, dificultad para respirar y tragar, vómitos y diarrea. En seres humanos es letal en torno al 50% de las veces. Entre los gorilas la tasa de mortalidad puede ser de hasta el 90%. Desde los años 90, la cepa del Ébola en Zaire ha matado a varios miles de gorilas y chimpancés. Un estudio sugiere que un brote en los años 2002 y 2003 mató a más de 5.000 gorilas. Parece que la vacunación sería una solución obvia para luchar contra esta enfermedad. De hecho, esto se ha propuesto para salvar la vida de los grandes simios africanos. El procedimiento consiste en suministrar las vacunas en trozos de comida, como se hace en el caso de la rabia, o en dardos hipodérmicos.
Existe un mayor interés en tratar del ébola a grandes simios por motivos conservacionistas, así como, sobre todo, debido a las recientes amenazas para la salud humana propagadas a través del contacto con monos infectados o por el consumo de estos. Pero otros animales también pueden padecer esta enfermedad, y sin embargo no reciben la misma atención, aunque podrían ser tratados de una manera similar.
También se han desarrollado programas piloto de vacunación contra el ántrax en animales. Las vacunas han mostrado ser efectivas en rinocerontes negros, cebras y guepardos.8 Por desgracia, hasta ahora solamente se ha administrado vacunas contra esta enfermedad a animales salvajes considerados de interés para la conservación, pero no existen motivos para que dichos programas de vacunación no puedan extenderse a todos los animales que sufren ántrax, con independencia del interés de los seres humanos en su conservación.
La tuberculosis es todavía una enfermedad activa que afecta tanto a seres humanos como a individuos de otras especies. En diversas partes del mundo se están desarrollando y empezando a administrar vacunas contra esta enfermedad a animales salvajes como jabalíes, tejones y zarigüeyas.9 Como en el caso de otras enfermedades, esto se ha hecho principalmente para proteger a los animales domesticados de la enfermedad. Pero los animales salvajes vacunados se ven igualmente beneficiados por estas medidas.
Al igual que otros animales, los insectos sufren distintas enfermedades. Hasta hace poco se creía que la vacunación de insectos no era posible, puesto que su sistema inmunitario, si bien es similar en ciertos aspectos al de los mamíferos, no responde mediante anticuerpos. Pero una investigación reciente llevada a cabo en la Universidad de Helsinki ha mostrado que es posible vacunar a las abejas. Cuando una abeja reina come algo que contiene patógenos, la biofirma de estos se fija por una proteína llamada vitelogenina. Esta proteína transmite la biofirma a los huevos de la reina, donde actúa como inductora de una respuesta inmunitaria en las nuevas abejas. Esto supone que podemos vacunar a miles de abejas sencillamente vacunando a la reina. Se están llevando a cabo investigaciones para desarrollar una vacuna contra la loque americana, una enfermedad bacteriana que puede devastar las colonias de abejas.10 La gran cantidad de insectos que existen en el mundo supone que el potencial que tiene la vacunación para reducir el sufrimiento y la muerte de los animales es enorme.
El Reino Unido supone un buen ejemplo de cómo empezar a implantar programas de vacunación. Es probablemente el lugar donde la inmunización de animales contra enfermedades se encuentra más normalizada. Se han llevado a cabo proyectos para proteger a los animales de enfermedades como la gripe aviar o la enfermedad de Newcastle. En el Reino Unido existe además un banco de vacunas y antígenos del gobierno para su uso en caso de que se den brotes de distintas enfermedades que afecten a los animales usados como recursos o a otros que viven en el mundo salvaje, como los pingüinos y los loros.11
Todos estos ejemplos muestran que la vacunación es una forma viable de mejorar de manera radical la situación de los animales en el mundo salvaje. Podemos vacunar a estos contra enfermedades terribles como la rabia, la tuberculosis, e incluso la peste. Tenemos también la capacidad de erradicar por completo enfermedades de toda la superficie de la tierra. Y esta capacidad no hará sino aumentar en la medida en que tengamos mayores conocimientos para ello. En el futuro, se puede avanzar mucho más hacia la prevención a mayor escala de los daños sufridos por los animales en la naturaleza.
1 El procedimiento de vacunación oral de los zorros se describe en Department for Environment, Food and Rural Affairs (2010) Vaccination as a control tool for exotic animal disease: Key considerations, London: Department for Environment, Food and Rural Affairs.
2 Baer, G. M.; Abelseth, M. K. y Debbie, J. G. (1971) “Oral vaccination of foxes against rabies”, American Journal of Epidemiology, 93, pp. 487-490; Fearneyhough, M. G.; Wilson, P. J.; Clark, K. A.; Smith, D. R.; Johnston, D. H.; Hicks, B. N. y Moore, G. M. (1998) “Results of an oral rabies vaccination program for coyotes”, Journal of the American Veterinary Medical Association, 212, pp. 498-502; Robbins, A. H.; Borden, M. D.; Windmiller, B.S.; Niezgoda, M.; Marcus, L. C.; O’Brien, S. M.; Kreindel, S. M.; McGuill, M. W.; DeMaria, A., Jr.; Rupprecht, C. E. y Rowell, S. (1998) “Prevention of the spread of rabies to wildlife by oral vaccination of raccoons in Massachusetts”, Journal of the American Veterinary Medical Association, 213, pp. 1407-1412; MacInnes, C. D. y LeBer, C. A. (2000) “Wildlife management agencies should participate in rabies control”, Wildlife Society Bulletin, 28, pp. 1156-1167; MacInnes, C. D.; Smith, S. M.; Tinline, R. R.; Ayers, N. R.; Bachmann, P.; Ball, D. G. A.; Calder, L. A.; Crosgrey, S. J.; Fielding, C.; Hauschildt, P.; Honig, J. M.; Johnston, D. H.; Lawson, K. F.; Nunan, C. P.; Pedde, M. A.; Pond, B.; Stewart, R. B. y Voigt, D.R. (2001) “Elimination of rabies from red foxes in eastern Ontario”, Journal of Wildlife Diseases, 37, pp. 119-132; Slate, D.; Rupprecht, C. E.; Rooney, J. A.; Donovan, D.; Lein, D. H. y Chipman, R.B. (2005) “Status of oral rabies vaccination in wild carnivores in the United States”, Virus Research, 111, pp. 68-76.
3 Childs, J. E.; Robinson, L. E.; Sadek, R.; Madden, A.; Miranda, M. E. y Miranda, N. L. (1998) “Density estimates of rural dog populations and an assessment of marking methods during a rabies vaccination campaign in the Philippines”, Preventive Veterinary Medicine, 33, pp. 207-218; Pal, S. K. (2001) “Population ecology of free-ranging urban dogs in West Bengal, India”, Acta Theriologica, 46, pp. 69-78; Kitala, P. M.; McDermott, J. J.; Coleman, P. G. y Dye, C. (2002) “Comparison of vaccination strategies for the control of dog rabies in Machakos District, Kenya”, Epidemiology and Infection, 129, pp. 215-222; Cleaveland, S.; Kaare, M.; Tiringa, P.; Mlengeya, T. y Barrat, J. (2003) “A dog rabies vaccination campaign in rural Africa: impact on the incidence of dog rabies and human dog-bite injuries”, Vaccine, 21, pp. 1965-1973.
4 World Organisation for Animal Health (2019) “Brucellosis”, World Organisation for Animal Health,https://www.oie.int/en/animal-health-in-the-world/animal-diseases/Brucellosis [consultado el 7 de septiembre de 2019].
5 United States Animal Health Association (2006) Enhancing brucellosis vaccines, vaccine delivery, and surveillance diagnostics for elk and bison in the Greater Yellowstone Area: A technical report from a working symposium held August 16-18, 2005 at the University of Wyoming, Laramie: The University of Wyoming Haub School and Ruckelshaus Institute of Environment and Natural Resources.
6 Abbott, R. C. y Rocke, T. E. (2012) Plague: U.S. Geological Survey circular 1372, Madison: National Wildlife Health Center; Prairie Dog Coalition (2018) Prairie dogs, people and plague, Boulder: The Humane Society of the United States.
7 Leggett, H. (2009) “Plague vaccine for prairie dogs could save endangered ferret”, Wired, 4 de agosto, http://www.wired.com/wiredscience/2009/08/prairiedogvax [consultado el 25 de julio de 2013].
8 Turnbull, P. C. B.; Tindall, B. W.; Coetzee, J. D.; Conradie, C. M.; Bull, R. L.; Lindeque, P. M. y Huebschle, O. J. B. (2004) “Vaccine-induced protection against anthrax in cheetah (Acinonyx jubatus) and black rhinoceros (Diceros bicornis)”, Vaccine, 22, pp. 3340-3347.
9 Garrido, J. M.; Sevilla; I. A.; Beltrán-Beck, B.; Minguijón, E.; Ballesteros, C.; Galindo, R. C.; Boadella, M.; Lyashchenko, K. P.; Romero, B.; Geijo, M. V.; Ruiz-Fons, F.; Aranaz, A.; Juste, R. A.; Vicente, J.; de la Fuente, J. y Gortázar, C. (2011) “Protection against tuberculosis in Eurasian wild boar vaccinated with heat-inactivated Mycobacterium bovis”, PLOS ONE, 6, e24905.
10 Raukko, E. (2018) “The first ever insect vaccine PrimeBEE helps bees stay healthy”, University of Helsinki, 31 de octubre, https://www.helsinki.fi/en/news/sustainability-news/the-first-ever-insect-vaccine-primebee-helps-bees-stay-healthy [consultado el 8 de septiembre de 2019].
11 Department for Environment, Food and Rural Affairs (2010) Vaccination as a control tool for exotic animal disease: Key considerations, London: Department for Environment, Food and Rural Affairs.