Ética Animal ha comenzado a publicar una serie de artículos que analizan diferentes sesgos cognitivos. Uno de ellos es un texto que examina de qué manera nuestros razonamientos pueden quedar distorsionados por nuestras preferencias y nuestro deseo de que la realidad coincida con las creencias que tenemos. Puedes leer el artículo aquí:
El objetivo de este estudio es ayudar a quienes defienden a los animales a ser más efectivos en su trabajo, al ser conscientes del efecto que tienen estos sesgos:
En primer lugar, porque nos ayuda a entender mejor cómo puede reaccionar la gente a nuestro mensaje en defensa de los animales, en función de cómo presentemos ese mensaje.
En segundo lugar, porque puede llevarnos a mejorar nuestras decisiones sobre qué estrategias y tácticas utilizar para transmitir nuestro mensaje de la mejor manera posible, dado que estas decisiones pueden estar influenciadas por nuestros prejuicios.
Por último y más importante, porque nuestros prejuicios pueden confundirnos a la hora de determinar las causas más importantes en las que centrarnos. Para alcanzar nuestros objetivos, debemos empezar por tratar la cuestión fundamental de dónde y cómo podemos hacer un mayor bien. Sin embargo, los sesgos cognitivos que tenemos pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas si no prestamos atención.