Los animales no humanos tienen necesidades médicas que muchas veces coinciden en gran medida con las de los seres humanos. Hay múltiples tipos de lesiones y enfermedades que a día de hoy son tratadas en los hospitales y clínicas veterinarias. En concreto, es muy común entre los animales no humanos sufrir roturas óseas y otras lesiones parecidas que también padecen los seres humanos. Esto incluye no solo roturas de patas, sino también, dependiendo la especie, alas y aletas. Así, aves, murciélagos e incluso insectos con alas son pacientes frecuentes en algunas clínicas para animales. En ellas que pasan por procesos semejantes a los que conocemos en nuestro caso: diagnósticos, rayos X, cirugía, vendajes, fisioterapia, etc.
Las razones por las que los animales pueden sufrir lesiones en las alas son diversas. Las crías de aves se caen en ocasiones de sus nidos. También se producen accidentes cuando los pájaros chocan, debido a vientos y corrientes de aire demasiado fuertes o por accidentes al aterrizar, o, a veces, debido a que se confunde el hielo o charcos con agua. Los cisnes y otros animales con movilidad reducida fuera del agua se quedan en ocasiones atrapados en el hielo y, al intentar librarse, golpean sus alas en el hielo hasta que se las dañan.1 Los pájaros también sufren lesiones considerables al ser atacados por gatos y perros. En otros casos, sus heridas se deben a peleas entre ellos. Algunos son víctimas de la caza que sobreviven. Y las alas de los pájaros enjaulados quedan a veces atrapadas entre los barrotes de las jaulas.
Como estos animales no nos pueden explicar cómo se hicieron sus lesiones o qué zona les duele, y como los exámenes físicos pueden no ser concluyentes, herramientas como los rayos x y los ultrasonidos son a veces necesarias para el diagnóstico. Para ello, en el caso de las aves con alas largas es necesario en ocasiones que se les extiendan estas. En el caso de las aves más pequeñas se pueden atar sus alas con mucho cuidado a la máquina de rayos x.
Aquí podemos ver a un cisne trompetero que sufrió una herida por tiro de bala al que se le está haciendo una radiografía en un centro de atención para animales salvajes. Para ello tuvo que ser sometido a anestesia previa. Tenía un cúbito fracturado, lesión que tarda algunas semanas en curarse. Su ala fue inmovilizada y se le proporcionó fisioterapia para evitar que sus músculos se atrofiasen.
Las fracturas de alas son comunes, y son tratadas vendando el ala con unas coberturas al efecto. El área cubierta depende de la extensión de la lesión.
Los murciélagos y los insectos alados también pueden sufrir roturas o desgarros de alas. Las alas fracturadas necesitan ser inmovilizadas para curarse adecuadamente, pero las alas de murciélago que han sufrido desgarros pueden curarse por su cuenta. Incluso un desgarro tan profundo como el que podemos ver en esta imagen puede curarse por sí mismo si el murciélago descansa y se alimenta adecuadamente. Los murciélagos con alas necesitan cuidado y un ambiente seguro mientras se recuperan hasta que puedan volar de nuevo, pero no es preciso que reciban tratamiento médico.
Las alas de los insectos se pueden también desgarrar y romper. Pero pueden ser arregladas (con mucho cuidado) con pegamento y pequeñísimos entablillados hechos materiales ligeros. Es importante asegurarse de que estos son lo más pequeños posible, pues añaden un peso extra que puede dificultar su vuelo al animal.2
Los pingüinos, pese a no volar, tienen huesos semejantes a los de las alas con los que extienden sus aletas. Pueden sufrir daños en estos debido a olas particularmente fuertes, ataques de depredadores o bandas de marcado utilizadas para hacer seguimientos a las poblaciones de pingüinos3 que pueden reducir su capacidad de nadar y hacer que sean más vulnerables a los depredadores.4 Las roturas de huesos entre los pingüinos son muy graves puesto que no se curan,5 pero otras lesiones sí pueden ser curadas.
Es improbable que te coincida encontrarte con un pingüino herido, pero si te encuentras algún animal lesionado puedes darle ayuda llevándolo a algún centro en tu zona donde lo puedan acoger y tratar.
Para saber dónde llevar a un animal enfermo, lesionado o huérfano, puedes buscar en internet si hay algún centro de rehabilitación de animales salvajes o algún refugio para animales en tu zona. Es probable que no haya ninguno en tu zona; en ese caso puedes llamar a una clínica veterinaria para pedir consejo.
1 Rehabilitation Center of Minnesota (ca. 2020) “Rehabilitating a gunshot swan”, Case Studies, Rehabilitation Center of Minnesota [referencia: 23 de junio de 2022].
2 Live Monarch (2015) “Butterfly Hospital”, Live Monarch [referencia: 1 de julio de 2015].
3 Sallaberry, A. M., & Valencia, D. (1985) “Wounds due to flipper bands on penguins”, Journal of Field Ornithology, 56, pp. 275-277 [referencia: 23 de junio de 2015].
4 Saraux, C. ; Le Bohec, C. ; Durant, J. M. ; Viblanc, V. A. ; Gauthier-Clerc, M. ; Beaune, D.; Park, Y.-H. ; Yoccoz, N. G. ; Stenseth, N. C. & Le Maho, Y. (2011) “Reliability of flipper-banded penguins as indicators of climate change”, Nature, 469, pp. 203-206.
5 Penguin Rescue, “Penguin rescue rehabilitation”, Penguin Rescue NZ [referencia: 18 de junio de 2015].