Como se ha explicado en la página sobre el problema de la consciencia, esta puede definirse como el estado de tener experiencias. Los estados conscientes o estados mentales son estados en los cuales alguien tiene cualquier tipo de experiencia, ya sea una experiencia sensorial, un pensamiento una emoción o lo que sea.
La autoconsciencia, una forma particular de consciencia, es un término amplio que se usa para aludir a diferentes formas de conocimiento sobre uno mismo y las experiencias propias. La manera en que entendemos el concepto del yo depende de qué significado de autoconsciencia usamos. Algunos de los usados de manera más habitual son indicados abajo.1
Los primeros tres tipos de autoconsciencia son denominados en ocasiones como autoconsciencia prerreflexiva, mientras que los últimos cinco son ejemplos de autoconsciencia reflexiva. La autoconsciencia prerreflexiva requiere solamente que haya experiencias del yo de cualquier manera. La autoconsciencia reflexiva requiere alguna reflexión, alguna consciencia de la consciencia en sí misma. Es posible tener la capacidad de autoconsciencia reflexiva pero ser incapaz de ponerla en la práctica y, por lo tanto, función al nivel de la autoconsciencia prerreflexiva.2
Se afirma en ocasiones que un ser que es consciente debe ser autoconsciente, que es imposible tener una cosa sin la otra. El argumento es que cualquier experiencia debe venir acompañada de la consciencia del hecho de que esa experiencia es propia. Según este argumento, y aunque podemos hacer una distinción lógica entre lo que supone ser meramente consciente y lo que suponer ser consciente de uno mismo, esa distinción desaparece en la práctica, y quienes son conscientes son también autoconscientes.3
La defensa de esta posición depende del significado de autoconsciencia empleado. Puesto que, en términos estrictos, cuando las formas más básicas de autoconsciencia aparecen, hay ya alguna forma de consciencia de uno mismo, y puesto que muchos animales no humanos tienen claramente una autoconsciencia de sus cuerpos o de sus propias experiencias, entonces, en un sentido básico, muchos animales no humanos son autoconscientes. Es más, es perfectamente plausible pensar que podría haber seres que son conscientes incluso sin ser autoconscientes.
Es importante señalar que es solamente la consciencia lo que importa cuando analizamos qué seres pueden ser dañados o beneficiados. Si es posible ser consciente sin ser autoconsciente, entonces la autoconsciencia no es relevante para determinar si un ser puede ser dañado o beneficiado, pero puede afectar a las maneras en que el ser puede ser dañado. La autoconsciencia tiene que ver con ser consciente de uno mismo, en un sentido u otro. Y eso es diferente de simplemente ser consciente.
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1 Ver, sobre esto, Antony, M. V. (2002) “Concepts of consciousness, kinds of consciousness, meanings of ‘consciousness’”, Philosophical Studies, 109, pp. 1-16; Ben-Artzi, E.; Mikulincer, M. & Glaubman, H. (1995) “The multifaceted nature of self-consciousness: Conceptualization, measurement, and consequences”, Imagination, Cognition and Personality, 15, pp. 17-43.
2 Ver Legrand, D. (2006) “The bodily self: The sensori-motor roots of pre-reflective self-consciousness”, Phenomenology and the Cognitive Sciences, 5, pp. 89-118.
3 Esta posición ha sido defendida, por ejemplo, por Davidson, D. (1982) “Rational animals”, Dialectica, 36, pp. 317-327. Se ha usado para defender posiciones especistas, pero lo que hemos visto más arriba muestra que hay razones para dudar de que sea cierto.