Corridas de toros y otros espectáculos que usan toros

Corridas de toros y otros espectáculos que usan toros

Los toros son animales domesticados que se explotan y matan de manera sistemática para usar su carne y piel. Se usan también para transportar cargas. Además, muchos toros son usados en espectáculos como las corridas de toros (donde son matados), encierros y rodeos.

Los toros tienen una gran sensibilidad al tacto, y pueden sentir una mosca que se posa en su cuerpo. Si son conscientes de esto, podemos imaginar lo que sienten cuando les clavan espadas, lanzas y arpones.

Los toros criados para tauromaquia son divididos siendo jóvenes, en función de cómo serán usados: los usados como “sementales” para fecundar a vacas, los que serán matados en el ruedo, y los usados para guiar y contener al resto. Los toros usados en corridas tienden a ser los más agresivos, el resultado de la selección genética llevada a cabo por criadores y del condicionamiento desde que nacen. Este proceso selectivo se ha desarrollado a lo largo del tiempo para incluir características físicas como la musculatura y los cuernos grandes.

Las corridas de toros

Los toros son llevados a la plaza de toros en jaulas estrechas que se cargan en un camión. Su viaje es solamente el principio de una experiencia muy dura y estresante. El viaje suele ser de larga distancia, y el camión puede calentarse mucho. A veces los toros se atan por los cuernos al techo del camión, y es posible que no puedan moverse ni rascarse si lo necesitan.1 Los toros llegan como mínimo 24 horas antes de que empiece el espectáculo,2 y son acorralados hasta que se les fuerza a entrar a la plaza para el espectáculo.

El estilo de corrida de toros más habitual en España se llama la “corrida española”, en la que el torero y sus ayudantes provocan al toro para que embista contra ellos de ciertas maneras, mientras lo apuñalan con varias armas hasta que el toro es matado o herido mortalmente. Debilitan al toro continuamente con repetidas puñaladas hasta que está lo suficientemente débil como para que el torero pueda matarlo. Este tipo de toreo está dividido en tres etapas llamadas tercios. En cada etapa el toro es atacado de diversas maneras.3

El matador cuenta con varios ayudantes, que incluyen dos picadores montados a caballo y varias personas a pie que dirigen al toro, y ayudan al matador. Durante una corrida típica hay tres matadores, que se alternan para matar a seis toros en dos horas y media.4 La corrida es presidida por un juez, llamado presidente, que toma decisiones sobre cuestiones como el número de veces que el toro debería ser apuñalado, y si se debería mutilar al toro, dando las orejas del mismo al torero como trofeos.5

Tercio de picas

El principal objetivo de la primera etapa es que los picadores debiliten el toro hiriéndolo y haciéndole sangrar a puñaladas con lanzas. Además, esta etapa constituye una prueba para que el público y el matador determinen el valor y la agresividad del toro bajo una situación estrés.

Varios grupos de picadores participan; cada uno de los equipos de dos está en la plaza en todo momento. Los picadores van a caballo, lo cual expone a estos animales a heridas permanentes causadas por los cuernos del toro. Otros miembros del equipo van a pie, usando capas para mantener al toro en determinado lugar, mientras los picadores y sus caballos se posicionan.

Una vez que los picadores se han posicionado en el lado opuesto de la plaza, el matador dirige al toro hacia el centro, enfrente de un picador. Usando la voz y el movimiento, el picado incita al toro a atacar el caballo. A medida que el toro carga contra el caballo y el jinete, el picador apuñala al toro con su lanza, y a menudo el toro hiere gravemente al caballo con los cuernos. El toro es apuñalado en la parte alta del cuello, lo cual hace que baje la cabeza cuando cargue, y también lo hace sumiso, evitando que continúe atacando con los cuernos.

Las lanzas más comunes miden dos metros y medio, con un filo recto, afilado y puntiagudo que mide unos seis centímetros de largo y tres centímetros de diámetro.

El toro es apuñalado por los picadores como mínimo cuatro veces, aunque el número depende del presidente de la corrida. Si se juzga al toro demasiado débil o gravemente herido como para continuar, el presidente puede rechazar al toro y pedir que sea reemplazado.6

Los caballos usados en este tercio también pueden resultar gravemente heridos o muertos, aunque llevan una cubierta protectora. Algunos caballos mueren a consecuenia de las heridas tras ser atacados de manera reiterada por el toro. Otros sobreviven a las lesiones, y cuando se recuperan son enviados de nuevo a la plaza de toros, hasta que son heridos mortalmente.

Tercio de banderillas

En teoría, el objetivo de este tercio de la corrida es provocar al toro, aunque en la práctica el mismo pierde fuerza debido a las heridas profundas y al cansancio.

Las banderillas son unos instrumentos parecidos a los arpones que miden de 70 a 80 centímetros, aunque en algunas ocasiones se usan banderillas más cortas, que miden aproximadamente la mitad. A veces se usan banderillas de fuego, que contienen pólvora para que las mismas prendan fuego fácilmente, y que quema la piel del toro.

Mientras el matador observa de cerca, los banderilleros provocan al toro para que cargue. A medida que el toro se acerca, el banderillero corre en línea curva hacia el toro, atacando a este con dos banderillas a la vez. El número de parejas de banderillas que se clavan en el toro depende del presidente, aunque lo habitual es usar seis. Si alguna se cae, uno o dos pares se clavan.7

Tercio de matar

En esta etapa, el toro es mortalmente apuñalado después de varios pases con la muleta (capa roja). Estos pases están estructurados de manera similar a la música clásica, en la que el matador intenta hacer cuatro o cinco de ellos seguidos, cada uno con más intensidad, hasta el crescendo final.

A veces, antes del golpe fatal, los peones hacen varios pases, con el objetivo de debilitar al toro. Pero esta práctica no es popular entre determinado público y normalmente es abucheada cuando se prolonga.

El matador puede hacer los pases usando la muleta con cualquier mano. Durante el espectáculo, ondea la capa, variando su posición, así como el ritmo y la rapidez de los pases. Después de usar la muleta, el torero se posiciona delante del toro con la espada, que clava en el cuerpo de este. A veces el toro no muere tras ser apuñalado con la espada la primera vez. Si esto ocurre, se quita la espada, y el toro es apuñalado de nuevo. El tipo de espada que se usa actualmente tiene doble filo con un fuerte afilado curvado hacia abajo.

En numerosas ocasiones el toro, pese a tener la espada clavada en el cuerpo, no muere. Cuando esto ocurre, se le corta la médula. Esto consiste en cortar la espina dorsal introduciendo una daga entre la primera y la segunda vértebra del cuello. La daga se clava en el cuello del animal. Sin embargo, esto no siempre termina con el sufrimiento del toro. Hay reacciones cerebrales en más del 91% de los toros después de esta intervención.8

Una vez muerto o inmovilizado por la daga, el toro es arrastrado por mulas, otros animales explotados en el toreo.

En raras ocasiones el presidente puede decidir que el toro no sea matado. Esto se conoce como “indulto”, y ocurre cuando el toro ha conseguido la admiración del presidente o el público, al mostrar, por ejemplo, un coraje inusual. El número de toros indultado es insignificante (en torno a uno de cada mil), y muchos mueren más tarde por sus heridas. En la mayoría de casos se matan seis toros por corrida.9

Después de la corrida, a veces el cuerpo del toro es mutilado al cortársele una oreja, que el presidente regala al torero como trofeo. En ocasiones el torero gana las dos orejas, la cola o un pie del toro matado.10

En algunos lugares, como Portugal, los toros no se matan en la plaza, pero en la mayoría de casos mueren igualmente, debido a las heridas de la corrida, o son eutanasiados al no recuperarse de las heridas.

Otras formas de entretenimiento con toros

Los toros son forzados a participar en muchos tipos de espectáculos aparte del toreo. Estos incluyen:

Toro de fuego

En algunos municipios españoles, el espectáculo llamado “toro de fuego” se celebra anualmente. Se aplican materiales inflamables en los cuernos del toro, y luego se le libera y se burlan de él cuando sacude la cabeza para deshacerse del objeto en llamas que tiene adjuntado.

El más conocido de estos casos es el “toro júbilo”, celebrado anualmente en Medinaceli (Soria). En este evento, las bolas de fuego se pueden adjuntar al toro en una de dos maneras: poniendo un aparato de 30 centímetros con anillos en los cuernos del toro o poniendo un pequeño yugo detrás de los cuernos con bolas de fuego colgando.11

Encierros

Los encierros más conocidos de España son los sanfermines, que se celebran anualmente en Pamplona (Navarra). Los encierros son comunes en muchos municipios españoles y pueden tener lugar en áreas rurales o urbanas. Durante el evento, los participantes corren delante de toros y vaquillas, y son admirados por fanáticos por correr tan cerca de los toros. Los toros son golpeados frecuentemente y antagonizados por los corredores, y pueden ser heridos como resultado de las colisiones.12

Bull riding

Eventos de rodeo en Estados Unidos y Canadá pueden incluir montar a toro; los participantes saltan encima del toro y lo montan, e intentan aguantar los movimientos repentinos del toro sin caerse al suelo. Si el jinete se cae, vienen payasos que intentan distraer al toro para que el jinete escape. 13

Otros espectáculos

Otros espectáculos y festivales incluyen: el rejoneo, que consiste en torear a caballo; saltar los toros, que consiste en atacar a un toro con armas y evitarlos con saltos acrobáticos; y un evento que incluye perseguir y tirar a toros al mar, que se celebra en Benicarló (Castellón).

Argumentos a favor y en contra de la tauromaquia

Las razones por las que oponerse al toreo son las mismas que usan quienes critican toda práctica que provoque el sufrimiento y la muerte de los animales no humanos. Los toros y otros animales forzados a participar en estos espectáculos pueden sufrir y disfrutar. Es una discriminación especista participar en acciones que dañan a los animales, y que no aceptaríamos si las víctimas fueran humanas.

Quienes defienden la tauromaquia usan diversos argumentos para intentar justificar la práctica. Podemos responder a estos argumentos desde una posición contraria al especismo, aunque la tauromaquia también es criticada desde posiciones que no cuestionan esta discriminación.

Estas acciones son consideradas una tradición donde se realizan

Las agresiones injustificadas deberían rechazarse, tanto si son tradicionales como si no no. La tradición es irrelevante. Lo importante es el daño provocado a los animales, que no pasa a ser justificable por satisfacer el interés de quienes se benefician de la tauromaquia.

A veces el argumento de la tradición a favor de la tauromaquia se responde defendiendo que esta ya no es realmente tradicional, debido a los cambios de los últimos años. Pero este argumento parece suponer que la tradición es un factor relevante, lo cual es falso. Es irrelevante que la tauromaquia haya cambiado. Ha causado el sufrimiento y la muerte de animales durante siglos, y continúa haciéndolo ahora.

Los toros tienen una vida estupenda hasta el momento en que llegan a la plaza

Aunque fuera verdad que los toros llevan una buena vida antes de ser atormentados y matados en la plaza de toros, esto no justificaría su explotación. Nadie aceptaría que se torturase a un ser humano con el mismo argumento de que hasta entonces ha tenido una buena vida. El mismo respeto debe ser mostrado hacia otros animales sintientes.

La situación de muchos animales, como los criados para consumo, es mucho peor que la de los animales explotados en la tauromaquia

No hay duda de que muchos animales, incluyendo los que mueren en mataderos, sufren vidas mucho peores en general que los que son asesinados en corridas. Esto no hace el toreo más aceptable. Al contrario, simplemente demuestra la cantidad de sufrimiento causado por las muchas formas de explotación animal.

Hay quienes se oponen a la tauromaquia y apoyan el consumo de animales, argumentando que la muerte de los animales por entretenimiento es innecesaria, mientras que hacer sufrir y matar a vacas, toros y otros animales para obtener carne, por ejemplo, permite nuestro sustento. Sin embargo, deberíamos tener en cuenta que el consumo de productos de origen animal es también innecesaria.14

En otros casos se sugiere que las corridas son particularmente inaceptables porque se hace sufrir un animal en público. Supuestamente esto las haría más graves, quizá a causa del efecto que puede tener en otros seres humanos. A menudo se cree que los seres humanos involucrados o el público de actos violentos contra animales no humanos corren el riesgo de desarrollar actitudes agresivas hacia humanos. Sin embargo, esto no significa que una práctica privada que causa el sufrimiento y la muerte de animales sea aceptable. Un animal sigue siendo dañado, ya se en público o en privado.

La tauromaquia es necesaria para preservar las dehesas donde se crían los animales

Hay otras maneras en las que las dehesas podrían ser conservada, aunque las corridas de toros desaparecieran. Dicho esto, ¿veríamos aceptable la esclavitud humana para asegurar la existencia de un ecosistema particular? Nadie consideraría que esta es una manera razonable de conservar ecosistemas, sino que encontraríamos otra manera de conservarlos, o aceptaríamos no disponer de iertos ecosistemas. Se considera que un ecosistema particular no es más importante que el respeto que merecen los seres humanos. Una vez que aceptamos que que la sintiencia es el criterio moralmente relevante, llegamos a la conclusión de que es igualmente inaceptable dañar a toros para proteger un ecosistema.

Los ecosistemas no sufren, pero quienes viven en ellos sí. Por esta razón, deberíamos preocuparnos por las dehesas, sino por los animales sintientes. os animales con la capacidad de sufrir y disfrutar deberían ser defendidos, y no las dehesas que carecen de sintiencia, y por ello no pueden sufrir.

Es necesaria para la supervivencia de los toros de lidia

Esto es claramente falso, ya que es posible garantizar la supervivencia de los toros criados para la tauromaquia mediante su liberación o manteniéndolos en reservas. Pero también debemos tener en cuenta que la supervivencia de un grupo de animales no necesariamente beneficia a ningún individuo. Son los toros quienes tienen vidas que importan. Una especie no es una entidad que pueda sentirse bien o sufrir. Como se ha explicado con anterioridad, son los seres capaces de sufrir y disfrutar quienes poseen intereses que deberían tenerse en cuenta. Ya que las especies y otras categorías taxonómicas no poseen esta capacidad, no hay ninguna razón moral contundente para preocuparse por la continuación de su existencia.

Deberíamos tener en cuenta que la vida de muchos animales en la naturaleza conlleva un gran sufrimiento. Por lo tanto, sería irresponsable llevar a los toros a ecosistemas naturales donde sufrirían a consecuencia de enfermedades, falta de alimento o agua, o pudieran ser víctimas de la depredación.


Lecturas recomendadas

Almenara-Barrios, J. & García González-Gordon, R. (2011) “Assessment scale for behaviour in bullfighting cattle (EBL 10). Reliability and validity studies”, Archivos de Zootecnia, 60, pp. 215-224 [referencia: 13 de julio de 2014].

Bailey, C. (2007) “‘Africa begins at the Pyrenees’: Moral outrage, hypocrisy, and the Spanish bullfight”, Ethics & the Environment, 12, pp. 23-37.

Brandes, S. (2009) “Torophiles and torophobes: The politics of bu lls and bullfights in contemporary Spain”, Anthropological Quarterly, 82, pp. 779-794.

Codina Segovia, J. I. (2018) Pan y toros: breve historia del pensamiento antitaurino español, Madrid: Plaza y Valdés.

Conrad, B. (1961) Encyclopedia of bullfighting, Boston: Houghton Mifflin.

Escoda Casas, H. (2016) Tauromaquia: génesis y evolución histórica, Castellón: Hades.

España. Ministerio de Justicia e Interior (2011 [2006] Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero, por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de Espectáculos Taurinos, Madrid: Boletín Oficial del Estado [referencia: 15 de julio de 2014].

Fulton, J. (1971) Bullfighting, New York: Dial.

Heinich, N. (1993) “Framing the bullfight: Aesthetics versus ethics”, British Journal of Aesthetics, 33, pp. 52-58.

Marvin, G. (1994) Bullfighting, Urbana: University of Illinois Press.

Millán, R. (ed.) (1970) Bulls & bullfighting: History, techniques, spectacle, New York: Crown.

Mitchell, T. (1991) Blood sport: A social history of Spanish bullfighting, Philadelphia: University of Pennsylvania Press.

Morales, F. J.; López San Román, J.; Durán, J. M. & Alonso, R. (2002) “Bullfighting terminology”, Bovis, 104, pp. 29-37.

Ogorzaly, M. A. (2006) When bulls cry: The case against bullfighting, Bloomington: AuthorHouse.

Shubert, A. (1999) Death and money in the afternoon: A history of the Spanish bullfight, New York: Oxford University Press.


Notas

1 Casamitjana, J. (2008) “‘Suffering’ in bullfighting bulls; an ethologist’s perspective”, Animal Protection Consultancy [referencia: 10 de marzo de 2014].

2 España. Ministerio de Justicia e Interior (2011 [2006] Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero, por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de Espectáculos Taurinos, op. cit., artículo 50 [referencia: 15 de julio de 2014].

3 Aunque es habitual considerar que las corrida de toros se dividen en cuatro partes, la práctica tradicional tiene tres. Sánchez Vigil, J. M. (ed.) (2007) Cossío: los toros. El toreo. 4, Barcelona: Espasa Calpe, p. 152.

4 Aficionados International (2013) “What happens in a bullfight?”, Aficionados International [referencia: 10 de marzo de 2014].

5 Chatfield, T. (2008) “A noble death?”, Prospect Magazine, August 27 [referencia: 13 de febrero de 2016].

6 Sánchez Vigil, J. M. (ed.) (2007) Cossío: los toros. El toreo. 4, op. cit., pp. 149-159.

7 Ibid., pp. 159-167.

8 Limon, G.; Guitian, J. & Gregory N. G. (2012) “A review of the humaneness of puntilla as a slaughter method”, Animal Welfare, 21, suppl. 2, pp. 3-8.

9 Menacho (2010) Laza, J. M. (2012) “Muere ‘Verdiales’, el toro de Miguelín indultado por Galván en Los Barrios”, Huelva Información, 28.05.2012 [referencia: 14 de octubre de 2014]. Larrea, K. (2014) “Muere el toro indultado por Hermoso de Mendoza en Manizales”, Toros en Navarra, enero 10 [referencia: 3 de septiembre de 2014]. Ventura, D. (2014) “Muere el toro ‘Tirano’, indultado por El Cordobés”, mundotoro, 22/09/2014 [referencia: 20 de febrero de 2015].

10 Sánchez Vigil, J. M. (ed.) (2007) Cossío: los toros. El toreo. 4, op. cit., pp. 167-176.

11 Ibid., pp. 673-675.

12 Ibid., pp. 685-689.

13 Groves, M. (2006) Ropes, reins and rawhide: All about rodeo, Albuquerque: University of New Mexico Press.

14 Melina, V.; Craig, W. & Levin, S. (2017 [2016]) “Postura de la Academia de Nutrición y Dietética: Dietas vegetarianas”, Unión Vegetariana Española, 4 septiembre [referencia: 16 de enero de 2021].