Perros, gatos y otros animales mantenidos como “animales de compañía»

Perros, gatos y otros animales mantenidos como “animales de compañía»

Los animales no humanos que conviven con los seres humanos, como los perros, los gatos y los pájaros, y que son denominados muy a menudo habitualmente con el término, de connotaciones despectivas, “mascotas”, están sometidos legalmente, y en la práctica, a los deseos y caprichos de quienes son legalmente sus propietarios. Algunas personas adoptan animales y los tratan con respeto, considerando a los animales miembros de sus familias. Pero hay quienes consideran propiedades a esos animales con los que viven, y las leyes hacen poco para protegerlos. Se permite a quienes poseen a los animales abusar de estos durante el entrenamiento, abandonarlos, usarlos como fuerza de trabajo, e incluso matarlos, siempre que dicho trato no cumpla la definición legal de “crueldad animal”, que es diferente a cómo se entiende el término según el sentido común. Las leyes relativas a los animales no humanos están desniveladas en contra de los intereses de los animales y a favor de los deseos de los humanos. Los animales no humanos son considerados propiedades, y los propietarios tienen el derecho de controlar y usar su propiedad con pocas restricciones.

Muchos animales que son criados terminan sin hogar, sufriendo y muriendo

Existen a fecha de hoy varios millones de animales que no tienen hogar.1 Al igual que les sucede a los animales que viven en la naturaleza, estos padecen a menudo frío, hambre, enfermedades, accidentes, y corren un alto peligro de morir atropellados. Además son susceptibles de sufrir múltiples agresiones a manos humanas. Considerando todos los perros, gatos y otros animales que nacen con el fin de ser animales “de compañía”, o por la reproducción de estos, aquellos que tienen hogares en los que pasar su vida no son la norma.

Incluso los animales que no son abandonados no tienen siempre una buena vida. Hay muchos en los que son dejados fuera de casa pasando frío, permanecen atados toda su vida con cadenas, a menudo muy cortas, o sufren daños de otros tipos. En el caso de animales sociales como los perros, el hecho de ser mantenidos en soledad puede ser una causa de gran sufrimiento para ellos. En el de otros animales como los pájaros o los peces, su reclusión en estrechas jaulas o peceras, muy común, es una causa también de sufrimiento muy notable.

Pero, en cualquier caso, en la mayor parte del mundo el destino de gran parte de los perros y otros animales que nace acaba siendo la muerte (muchas veces con notable sufrimiento) en la calle o en las perreras (en ciertos casos, también en los laboratorios).2 Y un problema fundamental de esto radica en que no es una situación que se dé de forma puntual, sino que se perpetúa debido a que cada año se crían más animales que acabarán en el destino indicado. Todo nuevo nacimiento de uno de estos animales supone una dificultad añadida para buscarles hogar y para las protectoras que se encargan de acogerlos de manera temporal.

Las consecuencias negativas de la cría afectan también a otros animales

La reproducción de los animales simplemente supone, en la práctica, que más y más animales vendrán al mundo para ser matados, muchas veces tras haber padecido un enorme sufrimiento.

Hay varios motivos por los que ocurre esto:

  • Los daños ya mencionados, que sufren tantos animales, y sus muertes masivas.
  • Los daños a otros animales. Los gatos, y también algunos perros, provocan la muerte de otros animales, a los que cazan. Se han hecho estudios sobre esta cuestión que han indicado que los gatos domésticos que salen al exterior en EEUU provocan la muerte de entre 1.300 y 4.000 millones de aves, y entre 6.300 y 22.300 millones de mamíferos al año.3 Por ese motivo, los gatos no deberían salir a la calle. Asimismo debe tenerse en cuenta que los gatos que salen al exterior tienen más posibilidad de sufrir enfermedades, así como de sufrir ataques por parte de otros animales (incluyendo humanos), accidentes y de extraviarse.
  • La mayoría de estos animales consumen alimentos de origen animal, lo cual provocará el sufrimiento y la muerte de otros animales. Es posible encontrar más información sobre alternativas a esta forma explotación en nuestra sección sobre alimentación de animales sin explotar a otros. En ciertos casos, como los de animales exóticos, se crían animales para su consumo vivos. Esto sucede, por ejemplo, en el caso de las serpientes, o incluso de otros como ranas toro que comen roedores vivos (como se ve en este vídeo).
  • Cuando un animal domesticado se reproduce, eso supone que hay un animal más en el mundo al que se debería cuidar y asistir. Puesto que los recursos para cuidar a los animales son limitados, cada nacimiento de un animal lleva a que sea más difícil cuidar al resto.
  • La cría promueve la idea de que los animales no humanos son recursos de los que disponemos para usarlos para nuestros fines.

Tiendas y criadores

A la vista de lo dicho arriba podemos ver claramente las consecuencias terribles que tienen para numerosos animales su cría y su venta. Las tiendas de animales y los creadores son negocios que contribuyen de manera directa a un aumento en el sufrimiento y la muerte de los animales.

Además, los animales viven en las tiendas encerrados hasta que son comprados, en muchos casos con poca comida y agua. Tienen que soportar las altas y bajas temperaturas y, a menudo, en condiciones de iluminación molestas. Al ver a la gente caminar, pueden sufrir un gran estrés al querer salir de la jaula sin conseguirlo, y muchas veces carecen de sitio para ocultarse. En general, el hecho de ser arrancados de sus madres y confinados en un lugar hostil provoca a animales como las crías de perros una gran frustración y un importante sufrimiento psicológico.4 En las últimas décadas se ha producido una toma de consideración creciente del estrés y el malestar de los animales en las tiendas, pero la preocupación se centra de manera principal en perros y gatos. En respuesta a esto, y teniendo en cuenta en número de animales sin hogar, se ha puesto fin a la venta de perros y gatos en algunas tiendas, pero estas siguen vendiendo roedores, peces y reptiles.

Por otra parte, la cría privada de animales continúa. La cría de animales tiene habitualmente el objetivo de criar animales con ciertas características deseadas, no porque vayan a hacer mejores sus vidas, sino porque esas características son más útiles o estéticamente agradables para los seres humanos. En otras palabras, hay un interés de seres humanos en esta práctica. Esto puede tener consecuencias muy negativas para los animales.

En ocasiones hay quienes se interesan en comprar animales con características físicas o comportamiento específicos. En otros casos, buscan animales que puedan competir en pruebas atléticas o concursos de agility. En otros, el objetivo es una mayor fuerza, para que los animales puedan ser enseñados a comportarse de manera agresiva.

Los animales de los criaderos son empleados como meros recursos. Se manipulan sus ciclos hormonales con el único objetivo de que se reproduzcan, después de lo cual las madres de sus hijos, y luego estos son llevados a las tiendas, o bien vendidos directamente a los interesados en comprarlos.

En los últimos años se ha producido un aumento de criadores que se denominan a sí mismos “criadores éticos”,5 con la intención de diferenciarse de las connotaciones negativas de la palabra “criador”. En varios países existen incluso asociaciones y premios de este tipo de criadores. Estos se presentan como interesados en la cría de animales con ciertas características genéticas, y en el cuidado y bienestar de los animales. Esto es contradictorio porque ambos objetivos son incompatibles.

Por una parte, poseer las características por las que son criados es a menudo negativo para los animales. Pero, más importante, traer más animales domesticados al mundo es negativo por los motivos dados más arriba.

Buscando soluciones: la esterilización

Con tantos animales perdidos y abandonados en el mundo, la esterilización asegura que haya menos nacimientos de animales de los que nadie se preocupará.6 La esterilización es un procedimiento simple. Pese a ser realizado con anestesia, el animal anda de nuevo el mismo día de la operación, y está totalmente recuperado en una semana. La mayoría de animales pueden ser esterilizados a la edad de cuatro meses. Esto evitará que sean usados para criar otros animales.

Una objeción a esto es que evitar que se reproduzcan animales puede poner en riesgo la existencia de la especie o raza a la que pertenecen estos animales. Sin embargo, este argumento no puede ser aceptado desde una posición antiespecista. Conforme a esta, la especie o variedad de pertenencia no es moralmente relevante. Es cada individuo quien tiene capacidad de sufrir y disfrutar, y por eso es cada individuo el que debe ser tenido en consideración moral, y no la especie como un todo. La especie no es más que un concepto taxonómico para agrupar a individuos que tienen ciertas características comunes. Por eso la existencia de diferentes especies y razas de animales domesticados no tiene valor por sí mismo. Por el contrario, la reproducción de los animales domesticados es contraproducente para avanzar hacia una sociedad con menos especismo y menos sufrimiento, motivo por el cual la esterilización de los animales no humanos con los que convivimos es la mejor opción.

También produce beneficios en el animal esterilizado, como los siguientes:

  • Se reduce el riesgo de tumor mamario cuando la esterilización se produce antes de los dos años y medio, siendo la reducción mayor cuando el animal es esterilizado antes del primer ciclo reproductivo.7
  • Se evitan los riesgos derivados del embarazo, tales como la metorragia (hemorragia vaginal, procedente del útero, que no está asociada al ciclo menstrual por su ritmo o cantidad de flujo).8
  • Evita la posibilidad de inefcciones uterinas, y cáncer de ovario y de testículo.9

Adopción

Hemos visto los daños que sufren los animales a consecuencia de la cría para ser utilizados como animales “de compañía”. No obstante, una manera de convivir con animales de un modo ético y respetuoso, y que además contribuye a ayudarlos, consiste en adoptarlos.

Afortunadamente, hoy existen en muchos países protectoras con el fin de cuidar a estos animales y buscarles un hogar. Sus recursos son casi siempre muy limitados, y la mayoría de los animales abandonados o que no encuentran un hogar acaba muriendo. En cualquier caso, es posible contactar con alguna de ellas, para así dar un hogar a uno de los animales que allí vive. Al hacerlo, se posibilita que su lugar en la protectora pueda ser ocupado por otro animal.

Quienes no tengan la posibilidad de adoptar durante un período largo de tiempo, pueden colaborar con una protectora como casa de acogida. Al hacerlo, se cuida de manera temporal al animal hasta que este tenga un hogar definitivo, permitiendo así que su lugar en el centro sea ocupado por otro animal. Si bien se suele asociar la adopción de los animales con perros y gatos de manera exclusiva, hay animales de otras especies que también pueden ser adoptados, como roedores y conejos.


Lecturas recomendadas

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Notas

1 Olson, P. N. & Moulton, C. (1993) “Pet (dog and cat) overpopulation in the United States”, Journal of Reproduction and Fertility. Supplement, 47, pp. 433-438. Lepper, M.; Kass, P. H. & Hart, L. A. (2002) “Prediction of adoption versus euthanasia among dogs and cats in a california animal shelter”, Journal of Applied Animal Welfare Science, 5, pp. 29-42. Kass, P. H. (2007) “Cat overpopulation in the United States”, Animal Welfare, 3, pp. 119-139. Nasser, R. & Fluke, J. (1991) “Pet population dynamics and community planning for animal welfare and animal control”, Journal of the American Veterinary Medicine Association, 198, pp. 1160-1163. Patronek, G. & Glickman, L. (1993) “Development of a model for estimating the size and dynamics of the pet dog population”, Anthrozoös, 7, pp. 25-41. Luke, C. (1996) “Animal shelter issues”, Journal of the American Veterinary Medicine Association, 208, pp. 524-527.

2 Stoller, K. P. (1981) “Sewer science and pound seizure”, International Journal for the Study of Animal Problems, 2, pp. 241-244. Roberti, D. A. (1983) “The case against pound seizure: Economics and animal welfare”, California Veterinarian, 37, pp. 67-68. Brooks, D. L & Tillman, P. C. (1983) “Pound seizure will not put an end to cruelty to animals”, California Veterinarian, 37, pp. 73-75. Edwards, C. C. (1991) “The pound seizure controversy: a suggested compromise in the use of impounded animals for research and education”, Journal of Energy Natural Resources & Environmental Law, 11, pp. 241-242. Gilliam, J. D. (2009) “Fido goes to the lab: Amending the animal welfare act to require animal rescue facilities to disclose pound seizure practices to pet owners”, Journal of Animal Law, 5, pp. 103-128 [referencia: 25 de febrero de 2021]. Ducceschi, L.; Green, N. & Miller-Spiegel, C. (2010) “Dying to learn: The supply and use of companion animals in U.S. colleges and universities”, Alternativen zu Tierexperiment, 27, pp. 304-308 [referencia: 14 de marzo de 2021]. Phillips, A. (2010) How shelter pets are brokered for experimentation: Understanding pound seizure, Plymouth: Rowman and Littlefield.

3 Loss, S. R.; Will, T. & Marra, P. P. (2013) “The impact of free-ranging domestic cats on wildlife of the United States”, Nature Communications, 4 [referencia: 21 de mayo de 2013].

4 Katz, R. F. (2009) “What is a puppy mill?”, Animal Legal & Historical Center [referencia: 18 de julio de 2013]. Fumarola, A. J. (1999) “With best friends like us who needs enemies: The phenomenon of the puppy mill, the failure of legal regimes to manage it, and the positive prospects of animal rights”, Buffalo Environmental Law Journal, 253, pp. 264-65.

5 Ver, por ejemplo, Breeders.net (2018) “Breeders. net code of ethics”, Code of ethics: For your protection [referencia: 14 de abril de 2018]; DogPlay (2011) “Making a difference: Being a responsible dog breeder”, Breeding and placement issues, Dogplay [referencia: 2 de febrero de 2013]; Arman, K. (2007) “A new direction for kennel club regulations and breed standards”, Canadian Veterinary Journal, 48, pp. 953-965.

6 Hughes, K. L.; Slater, M. R. & Haller, L. (2002) “The effects of implementing a feral cat spay/neuter program in a Florida county animal control service”, Journal of Applied Animal Welfare Science, 5, pp. 285-298. Kutzler, M. & Wood, A. (2006) “Non-surgical methods of contraception and sterilization”, Theriogenology, 66, pp. 514-525. Moulton, C. (1990) “Early spay/neuter: Risks and benefits for shelters”, Shoptalk, 7, pp. 1-6. Murray, R.W. (1992) “Unwanted pets and subsidised pet neuter schemes”, Australian Veterinary Practitioner, 22, pp. 12-18. Zaunbrecher, K. I. & Smith, R. E. (1993) “Neutering of feral cats as an alternative to eradication programs”, Journal of the American Veterinary Medical Association, 203, pp. 449-452.

7 Beauvais, W.; Cardwell, J. M. & Brodbelt, D. C. (2012) “The effect of neutering on the risk of mammary tumours in dogs – A systematic review”, Journal of Small Animal Practice, 53, pp. 314-322.

8 Gobello, C.; Concannon, P. W.; Verstegen, J. & Linde-Forsberg, C. (2000) Recent advances in small animal reproduction, Ithaca: IVIS.

9 Ver al respecto Chastain, C. B.; Panciera, D. & Waters, C (1998) “Associations between age, parity, hormonal therapy and breed, and pyometra in Finnish dogs”, Veterinary Record, 143, pp. 493-498.