Indicadores de sufrimiento animal

Indicadores de sufrimiento animal

Si aceptamos que determinados comportamientos de los seres humanos son indicadores de sufrimiento, la lógica evolutiva nos dice que estos mismos comportamientos en los animales no humanos nos muestran que estos últimos están sufriendo. Por ejemplo, podemos decir que un animal está sufriendo por la manera en que grita, gime, se retuerce o cuida una parte dañada de su cuerpo. Y, en períodos de tiempo más largos, los daños y los dolores crónicos son sugeridos por determinadas posturas anormales que un animal adopta, o cuando sus actividades son diferentes de las habituales.

No obstante, hay casos en los que podemos no saber interpretar su conducta. Y, por otra parte, se dan también situaciones en las que los animales ocultan sus emociones. Por ejemplo, los animales herbívoros han sido amenazados a lo largo de su historia evolutiva por depredadores que, para tener éxito en su cacería, buscan localizar a animales enfermos o débiles. De este modo, quienes dan muestras externas de sufrimiento tienen una mayor tendencia a ser capturados que quienes no las dan. Esto ha supuesto que los animales herbívoros hayan sido seleccionados evolutivamente, por lo general, para no manifestar abiertamente su sufrimiento. Lo cual implica que animales sobre los que podemos considerar, por sus signos externos, que no están sufriendo, pues toda su conducta parece normal, pueden en realidad estar padeciendo en silencio, incluso de manera terrible. De esto se deriva que si queremos ser capaces de detectar si un animal está o no sufriendo, tenemos que considerar otros indicadores, como los relacionados con la salud.

Por otra parte, puede inferirse si un animal está sufriendo examinando la clase de situación en la que se encuentra. Incluso aunque no tengamos ningún otro dato, si vemos que un animal está siendo quemado o herido, sabemos que ese animal está sufriendo (en circunstancias normales) porque sabemos que dichas lesiones duelen. Este ejemplo evidente sirve para ilustrar otros casos mucho menos obvios. Puede haber circunstancias que resulten incómodas para ciertos animales, y que conozcamos debido a pasadas observaciones. Cuando estas han sido validadas de manera suficiente, no necesitamos continuar llevándolas a cabo para deducir que los animales son dañados en dichas circunstancias.

Hay otros indicadores fisiológicos que pueden indicar sufrimiento, como temblores, pupilas dilatadas, sudores, aceleración del ritmo cardiaco o respiratorio, problemas para respirar, etc. Y, por supuesto, un examen fisiológico en mayor profundidad puede encontrar otras señales de sufrimiento, pero esto no estará a nuestro alcance normalmente.

 

Recursos (en inglés)

Animal Welfare Research Group, de la Universidad de Edimburgo, tiene una página web con muchos materiales y recursos para aprender y reconocer cuándo un animal puede estar sufriendo.

Guidelines on the Recognition and Assessment of Pain in Animals

Animal Welfare Information Center, del United States Department of Agriculture, tiene una página web con numerosas referencias.

A Reference Source for the Recognition & Alleviation of Pain & Distress in Animals

Otros recursos sobre el tema:

USDA Farm Animals ­– Pain and Distress

International Veterinary Academy of Pain Management

Recognizing Pain in Animals, Institute for Laboratory Animal Research

Estos materiales pueden ser buenas fuentes de información, pero debe tenerse en cuenta que son escritas poniendo el foco de atención en el interés de quienes usan a los animales no humanos como recursos.


Lecturas recomendadas

Bonica, J. (1990) The management of pain, 2nd ed., Philadelphia: Lea and Febiger.

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