Investigación militar en animales

Uno de los objetivos del uso de animales como herramientas de experimentación es la investigación militar. Se desconoce hasta qué punto, ya que es muy difícil obtener información al respecto. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, a cargo de la aplicación y cumplimiento de la Animal Welfare Act, no posee autoridad para inspeccionar los laboratorios pertenecientes al gobierno federal. Sin embargo, se sabe que una gran variedad de armas se prueban en animales, incluidos los rifles AK-47, agentes biológicos y químicos e incluso explosiones nucleares.1

Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Portugal, República Checa, Rumanía y Turquía no utiliza animales en sus maniobras de entrenamiento médico militar; aducen variadas razones, incluida la disponibilidad de tecnologías de simulación. La Policía Militar de Lituania utiliza perros, pero no en maniobras de entrenamiento militar o médico.

Canadá, Dinamarca, Noruega, Polonia, Estados Unidos y Gran Bretaña (que envía personal médico para colaborar en laboratorios animales de Dinamarca), utilizan animales, principalmente cerdos y cabras, en sus maniobras de entrenamiento médico militar, como el manejo quirúrgico de traumas que incluyen: vías aéreas difíciles, heridas penetrantes, heridas de bala y hemorragias por amputación. Estados Unidos también utiliza conejos para la práctica de inserción de drenajes torácicos y cirugías oculares, ratas para ejercicios de microcirugía y hurones para la práctica de intubación.2 Canadá también utiliza cerdos vivos en ejercicios de manejo de víctimas de agentes químicos.3

Estas pruebas se han criticado por ser demasiado costosas, ya que la mayoría de sus efectos han sido estudiados ya; o, en algunos casos, los resultados no son relevantes para los humanos. Sin embargo, si rechazamos el especismo, debemos rechazar toda práctica que jamás aceptaríamos si se realizara en humanos. A continuación, se mencionan algunos ejemplos de experimentos que jamás se llevarían a cabo en humanos, pero que sí se realizan en animales.

Experimentos para probar armas

Estos experimentos se encuentran entre los más comunes en los que se utilizan animales. Para observar cómo las nuevas armas pueden dañar a los humanos, se prueban primero en animales. Estos son algunos ejemplos:

  • En Porton Down (Reino Unido), se han matado cerdos durante años. En un procedimiento se expuso a 10 cerdas a un gas muy tóxico, el fosgeno.4 La mayoría murió por los efectos del gas en el sistema respiratorio. A aquellos que no murieron en el acto, los investigadores los mataron tras registrar los efectos del gas.
  • En otro experimento realizado en Porton Down, 119 cerdos vivos fueron víctimas de pruebas de explosivos durante un período de cuatro años, entre 2006 y 2009.5
  • Miles de animales de otras especies, como ovejas, monos y bovinos, han sido también víctimas de pruebas de armas químicas y biológicas en Porton Down.6
  • En Estados Unidos, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (en inglés, DARPA), realizó un estudio en 2010 en el que cerdos y ratas fueron sometidos a alrededor de 200 explosiones.7
  • En un experimento extremo de esta índole, en 1946, se pusieron 4000 animales a la deriva en un bote en el Pacífico Sur; luego, se detonó sobre ellos una explosión atómica. Los animales que no murieron por la explosión sufrieron serias quemaduras.
  • En un experimento de prueba del fosgeno, gran cantidad de cerdos murieron por el grave daño en los pulmones producido por el gas tóxico; a otros los mataron una vez finalizado el experimento simplemente porque ya no los necesitaban.
  • En otras pruebas, se utilizan cerdos para estudiar el efecto de los explosivos. Es el caso de un experimento que utilizó 18 cerdos que tenían tubos insertados en los vasos sanguíneos y en la vejiga, el bazo extirpado y un cable colocado en uno de los vasos sanguíneos principales para asegurar su laceración. Después de anestesiarlos, se los colocó cerca de algunos explosivos. Luego de la detonación, se dejó que los cerdos se desangraran hasta perder casi un tercio de sangre para ver cuánto tiempo podían mantenerse vivos sin necesidad de intervención médica.8

Experimentos para probar la resistencia a asaltos físicos

En otros casos, no se prueban armas específicas, sino más bien la resistencia a ciertos tipos de daño físico.

  • Rats have been immersed in boiling water for 10 seconds, after which many of them were deliberately infected on parts of their bodies which had been burned.
  • Se sumergieron ratas en agua hirviendo durante 10 segundos, después de lo cual varias fueran infectadas de manera intencionada en las partes del cuerpo que se habín quemado.
  • Otro experimento supone rasurar a las ratas y cubrirlas en etanol. Una vez mojadas, se les prende fuego.9
  • A las ratas también se les fuerza a inhalar monóxido de carbono hasta morir.

En  otras pruebas, a las ratas se las desangró durante más de 15 minutos y luego se las resucitó; luego murieron o se las mató en el transcurso de un día.10 Los monos también han sido blanco de considerables pruebas físicas, como se ve en los siguientes ejemplos:

  • Monos que habían recibido de manera previa descargas eléctricas para enseñarlos a manejar un simulador de vuelo fueron atados en un simulador y se les irradiaron rayos gamma para ver si podía seguir vivos “durante las 10 horas que llevaría bombardear un Moscú imaginario”. Los monos que sufrieron las mayores dosis de rayos gamma vomitaron de manear violenta. Más tarde fueron matados.11
  • Muchas sustancias químicas se prueban a a menudo en animales. Por ejemplo, un agente nervioso llamado somán ha sido probado en monos.12 Este químico les produce convulsiones violentas, y finalmente los mata

Otros animales han sufrido pruebas similares con químicos:

  • El somán se ha administrado también a cobayas, que murieron por fallos respiratorio a consecuencia del veneno.13
  • La lewisita, un arma química que produce ampollas e irritación pulmonar, se aplicó en el lomo rasurado de conejos, provocándoles una muerte dolorosa durante 30 días.
  • El gas venenoso perfluoroisobuteno se ha usado en ratas, provocando convulsiones.14

Experimentos para probar la resistencia a condiciones adversas

En otro tipo de experimentos, los animales son heridos de varias maneras para ver cuánto resisten ante ciertos tipos de situaciones extremas:

  • En una serie de experimentos desarrollados para investigar la enfermedad descompresiva, se pusieron unas cabras en cámaras selladas sometidas a presión extrema. Estos experimentos continuaron durante 50 años hasta que finalmente finalizaron en 2008.15

Experimentos para probar técnicas quirúrgicas militares

En otros casos, los animales son dañados para entrenar a médicos en la curación de humanos. Algunos ejemplos son los siguientes:

  • El “laboratorio de heridas” es un experimento que consiste en colgar animales, en ocasiones conscientes, y dispararlos. Después los cirujanos militares los utilizan para sus prácticas. El New York Times publicó una historia en 2006 en la que se mencionaba que en uno de esos experimentos un cerdo fue disparado “dos veces en la cara con una pistola de 9 mm, luego seis veces con un AK-47, y luego dos veces con una escopeta calibre 12. Y finalmente se le prendió fuego”.16
  • Otro caso supuso romper y amputar las patas de 990 cabras. Se describió de la siguiente manera: “El instructor Armand Fermin coloca una podadora sobre una articulación de la pata, la cierra, aplica presión, y resuena un ‘crac’ en la poco iluminada tienda de campaña en Fort Sam Houston”.17

Lecturas recomendadas

Barnard, N. D. (1986) Animals in military wound research and training, Washington, D. C.: Physicians Committee for Responsible Medicine.

Block, E.; Lottenberg, L.; Flint, L.; Jakobsen, J. & Liebnitzky, D. (2002) “Use of a human patient simulator for the advanced trauma life support course”, The American Surgeon, 68, pp. 648-651.

Brook, I.; Elliott, T. B.; Ledney, G. D.; Shoemaker, M. O., & Knudson, G. B. (2004) “Management of postirradiation infection: Lessons learned from animal models”, Military Medicine, 169, pp. 194-197.

Bruner, R. H. (1984) Pathologic findings in laboratory animals exposed to hydrocarbon fuels of military interest (No. AD-A-166343/4/XAB; NMRI-84-76), Bethesda: Naval Medical Research Inst.

Dacre, J. C., & Goldman, M. (1996) “Toxicology and pharmacology of the chemical warfare agent sulfur mustard”, Pharmacological Reviews, 48, pp. 289-326.

Gala, S. G.; Goodman, J. R.; Murphy, M. P. & Balsam, M. J. (2012) “Use of animals by NATO countries in military medical training exercises: An international survey”, Military Medicine, 177, pp. 907-910.

Mayorga, M. A. (1994) “Overview of nitrogen dioxide effects on the lung with emphasis on military relevance”, Toxicology, 89, pp. 175-192.

Pandya, A. & Ali, A. (2009) “The role of TraumaMan in the advanced trauma life support course”, Canadian Journal of Surgery, 52, suppl., pp. S3-S19.

Phillips, Y. Y. & Richmond, D. R. (1991) “Primary blast injury and basic research: a brief history”, en Bellamy R. (ed.) Conventional warfare: Ballistic, blast, and burn injuries, Washington, D. C.: Department of the Army, pp. 221-240.

Ritter, E. M. & Bowyer, M. W. (2005) “Simulation for trauma and combat casualty care”, Minimally Invasive Therapy & Allied Technologies, 14, pp. 224-234.


Notas

1 Budkie, M. A. (2012) “Military animal research”, Medical Research Modernization Committee [referencia: 6 de julio de 2013].

2 Knudsen, P. J. & Darre, E. M. (1996) “Training in wound ballistics: Operation exercise at the Defence Medical Training Centre”, Journal of Trauma, 40, suppl. 3, pp. S6-S9. Chivers, C. J. (2006) “Tending a fallen Marine, with skill, prayer and fury”, New York Times, Nov. 2 [referencia: 14 de abril de 2013]. Butler, F. K.; Holcomb, J. B.; Giebner, S. D.; McSwain, N. E. & Bagian, J. (2007) “Tactical combat casualty care 2007: Evolving concepts and battlefield experience”, Military Medicine, 172, suppl. 11, pp. 1-19. Gaarder, C.; Naess, P. A.; Buanes, T. & Pillgram-Larsen, J. (2005) “Advanced surgical trauma care training with a live porcine model”, Injury, 36, pp. 718-724. Gala, S. G.; Goodman, J. R.; Murphy, M. P. & Balsam, M. J. (2012) “Use of animals by NATO countries in military medical training exercises: An international survey”, Military Medicine, 177, pp. 907-910.

3 Winfield, G. (2007) “Stress relief”, CBRNe World, winter [referencia: 14 de septiembre de 2013].

4 Rawstorne, M. (2010) “Is it really right to blow up pigs even if it saves our soldiers’ lives?”, Daily Mail, 28 May [referencia: 11 de diciembre de 2012].

5 Brown, R. F. R.; Jugg, B. J. A.; Harban, F. M. J.; Ashley, Z.; Kenward, C. E.; Platt, J.; Hill, A.; Rice P. & Watkins, P. E. (2002) “Pathophysiological responses following phosgene exposure in the anaesthetized pig”, Journal of Applied Toxicology, 22, pp. 263-269.

6 Dury, I. (2010) “MoD blew up 119 live pigs in explosive tests”, Daily Mail, 21 May [referencia: 3 de julio de 2013].

7 Brook. T. V. (2011) “Brain study, animal rights collide: Red flags raised by use of pigs in military blast tests”, USA Today, 28 March.

8 Rawstorne, M. (2010) “Is it really right to blow up pigs even if it saves our soldiers’ lives?”, op. cit.

9 Dai, T.; Kharkwal, G. B.; Tanaka, M.; Huang, Y. Y.; Arce, V. J. B. de & Hamblin, M. R. (2011) “Animal models of external traumatic wound infections”, Virulence, 2, pp. 296-315.

10 Handrigan, M. (2004) “Choice of fluid influences outcome in prolonged hypotensive resuscitation after hemorrhage in awake rats,” Shock, 23, pp. 337-343.

11 Singer, P. (2018 [1975]) Liberación animal, Barcelona: Taurus, cap. 2.

12 Helden, H. P. van; Wiel, H. J. van der; Lange, J. de; Busker, R. W.; Melchers, B. P. & Wolthuis, O. L. (1992) “Therapeutic efficacy of HI-6 in soman-poisoned marmoset monkeys”, Toxicology and applied pharmacology, 115, pp. 50-56. Raveh, L.; Grauer, E.; Grunwald, J.; Cohen, E. & Ashani, Y. (1997) “The stoichiometry of protection against soman and VX toxicity in monkeys pretreated with human butyrylcholinesterase”, Toxicology and Applied Pharmacology, 145, pp. 43-53.

13 Chang, F. C. T.; Foster, R. E.; Beers, E. T.; Rickett, D. L. & Filbert, M. G. (1990) “Neurophysiological concomitants of soman-induced respiratory depression in awake, behaving guinea pigs”, Toxicology and Applied Pharmacology, 102, pp. 233-250.

14 Romano, J. A., Jr.; Lukey, B. J. & Salem, H. (eds.) (2007) Chemical warfare agents: Chemistry, pharmacology, toxicology, and therapeutics, London: CRC Press.

15 BBC (2008) “UK navy to end goat experiments”, BBC News, 6 February [referencia: 11 de noviembre de 2012].

16 Christenson, S. (2008) “Goats die so GIs have a chance at living”, San Antonio Express-News, 3 Aug.

17 Algunas organizaciones han cuestionado si estas pruebas puedan dar resultados confiables.